Unos 3 mil 500 bovinos producen unos mil 500 quintales de estiércol para un laboratorio que ofrece un olor “realmente molesto” y busca sacar provecho en “forma ecológica”
El Museo de la Mierda … La idea suena asquerosa. Sin embargo, en Castelbosco, en plena campiña italiana, no tiene nada de repugnante, ya que se trata de transformar las heces en algo de mucho valor.
Todo nació en una gran granja, de un centenar de kilómetros, en el sur de Milán (norte) y de sus cientos de vacas que producían montañas de bosta.
“Había que sacar provecho de esos excrementos de los animales, y en forma ecológica. Al final logramos convertirlos en algo útil”, cuenta el propietario de la hacienda, Gianantonio Locatelli, de 61 años.
Sus 3.500 bovinos producen diariamente 550 quintales (55 toneladas) de leche para la fabricación del tradicional queso Grana Padano, entre los más apreciados de Italia.
Menos noble, los bovinos producen también 1.500 quintales (150 toneladas) de estiércol, un verdadero dolor de cabeza.
Locatelli resolvió el reto con un ingenioso sistema: Las heces se recolectan para ser luego introducidas en enormes tanques, donde las bacterias son convertidas en gas metano. El laboratorio ofrece un olor realmente molesto.
Sin embargo, ese metano sirve para alimentar motores y generar electricidad, que la granja aprovecha para vender a privados. Actualmente produce el equivalente de lo que un pueblo de 3.000 a 4.000 habitantes consume.