Las operaciones fueron paralizadas por autoridades venezolanas y aseguró que el gobierno no se ha pronunciado al respecto
General Motors (GM) cesó sus operaciones en Venezuela y despidió a 2.678 empleados luego de que el gobierno le confiscó una planta en ese país jaqueado por una explosiva crisis política y económica.
El miércoles, la fábrica fue “inesperadamente tomada por las autoridades venezolanas, que impidieron que siga operando con normalidad”, dijo Julia Bastos, portavoz de GM en Brasil, en un correo electrónico este jueves.
“Otros activos de la compañía, como vehículos, fueron ilegalmente retirados de las instalaciones”, agregó.
La unidad de la automotriz estadounidense tiene capacidad para fabricar 100.000 vehículos por año, pero estaba prácticamente paralizada por el colapso económico de la potencia petrolera caribeña y las restricciones para conseguir dólares para importaciones en medio de un férreo control de cambio.
GM está en Venezuela desde 1948, donde tiene asociada una red de 79 concesionarios, que emplean a 3.900 personas, según datos de la automotriz.
Todos los despedidos serán compensados “pronto”, explicó Bastos.
La firma dijo que la confiscación fue realizada mediante una orden judicial y que, hasta el momento, el gobierno no se había manifestado sobre su decisión de detener sus operaciones en el país.