Desde hace meses los elefantes y los habitantes del Parque nacional de La Lopé, en Gabón, viven en paz gracias a unas barreras eléctricas que impiden la entrada de los paquidermos en las plantaciones
“La comida está segura, los elefantes ya no destruyen”, afirma con una sonrisa Flavie Mabara, agricultora de la aldea de Kazmabika, que cultiva tubérculos y bananas en un recinto blindado con un cerco eléctrico.
A lo largo de unos 15 km, un cierre eléctrico alimentado por paneles solares protege desde hace casi cuatro meses las plantaciones de los habitantes del Parque nacional de la Lopé, en pleno corazón de Gabón, ubicado entre el curso del río Ogoué, sabanas y colinas verdes.
Las autoridades gabonesas decidieron solucionar este conflicto entre las personas y la fauna con barreras eléctricas, que impiden a los paquidermos devastar las plantaciones.
La tecnología fue importada desde Kenia, donde ha demostrado su eficacia.
El principal problema sigue siendo el coste del cierre, declara a la AFP un guardia encargado del mantenimiento del parque. Según él, se gastaron alrededor de 35 millones de francos CFA (53.400 euros) en esta estructura.
Un problema muy espinoso en un país petrolero sumido en graves dificultades financieras y con muchos retrasos en los pagos a empresas y funcionarios.
La ANPN intentará reducir el coste de las próximas barreras a 10 millones de FCFA (15.200 euros), según White.