Las sanciones de Estados Unidos a funcionarios venezolanos, que este lunes alcanzaron al presidente Nicolás Maduro, comparado con los gobernantes de Zimbabue, Siria y Corea de Norte, pueden provocar un efecto bumerán que fortalecezca al círculo de poder, advirtieron analistas
Aunque hasta ahora, Washington ha evitado las sanciones generalizadas y las ha concentrado en figuras prominentes, las autoridades estadounidenses insisten en que siguen considerando medidas adicionales.
“Las sanciones generalizadas contra Venezuela podrían jugar a favor de Maduro”, dijo a AFP el politólogo Eduardo Ríos Lucerna. “Pueden convertirse en un chivo expiatorio culpable de todos los problemas económicos de Venezuela”.
Según Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, sancionar al gobierno venezolano “solo exacerbaría la grave crisis humanitaria y podría provocar un aumento de los precios de petróleo”.
Venezuela atraviesa una severa crisis económica, con una prolongada escasez de medicamentos y alimentos, y un cuadro macroeconómico para este año de una inflación que podría llegar a 720% y una caída del PIB de 12%, según el FMI.
“No hay manera de poner sanciones económicas que solo afecten a los gobernantes. Sanciones económicas podrían causar una hambruna y una crisis de refugiados en la región”, opinó David Smilde, experto de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Una situación de ese tipo “generaría un resentimiento dentro de Venezuela en contra de Estados Unidos, y también solidaridad de países de la región. Probablemente causaría un mayor acercamiento entre Venezuela y Rusia y China”, dijo Smilde a la AFP.
“Hemos visto esta secuencia antes. Las sanciones económicas en contra de Cuba no provocaron un cambio de gobierno sino más bien ayudaron a los Castro a atornillarse en el poder durante 55 años”, añadió.