El poderoso huracán Harvey continuaba debilitándose en la mañana del sábado, bajando a categoría 1, durante su lento pasaje por Texas, donde varias personas resultaron heridas y donde se prevén “inundaciones catastróficas” en los próximos días
El huracán, que ya arrasó algunos inmuebles puede hacer numerosas zonas “inhabitables durante meses”, advirtió el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
Soplando vientos sostenidos de 215 km/h, Harvey llegó a tierra firme hacia las 22H00 (03H00 GMT del sábado) entre las ciudades de Rockport y Port Aransas, unos cincuenta kilómetros al noreste de Corpus Christi.
Ante el potencial efecto devastador de este huracán, que se había fortalecido hasta categoría 4 -de una escala de 5-, el presidente Donald Trump finalmente declaró el estado de catástrofe natural -tal y como pedía el gobernador de Texas, Greg Abbott-, para poder liberar fondos federales que ayuden en la emergencia.
Diez personas resultaron heridas el viernes en Rockport por la caída de techos, numerosos árboles fueron arrancados y se veían “por todas partes” vehículos dañados, relató a medios locales un vocero municipal, Kevin Carruth.
La policía de Corpus Christi advirtió por Twitter en la mañana del sábado sobre la existencia “de escombros en las rutas y líneas eléctricas en tierra. La mayoría de los semáforos no funcionan”, aconsejando a los habitantes mantener la “paciencia” y permitir “controlar las condiciones de seguridad antes de regresar” a sus hogares.
La empresa ERCOT anunció que a las 11H30 GMT del sábado, más de 213.000 clientes continuaban privados de electricidad en la costa texana a causa de los daños provocados por Harvey.
Durante toda la jornada del viernes, la costa había sido golpeada por vientos violentos y torrentes de lluvia que hicieron de Corpus Christi, una ciudad industrial de 300.000 habitantes, un pueblo fantasma en la noche.
El ayuntamiento de esa localidad instó a los habitantes a hervir el agua del grifo, pues el sistema de canalizaciones fue dañado por el huracán.
Harvey ha reanimado en Estados Unidos el traumatismo del huracán Katrina, que causó graves inundaciones y se cobró la vida de 1.800 personas cuando azotó la ciudad de Nueva Orleans (sur) en 2005.
En aquel momento, la falta de preparación y los evidentes fallos del Estado federal tuvieron consecuencias dramáticas. Además, el presidente George W. Bush fue muy criticado y se le acusó de indiferencia ante la suerte de los habitantes de una región muy desfavorecida y mayoritariamente negra.
El mandatario será informado de la situación el sábado a las 15H00 GMT en la residencia presidencial de Camp David y planea visitar el área afectada a partir de la próxima semana, informó la Casa Blanca.