A través del congreso constitutivo el FAD ayer pasó revista de sus estatutos, programas, y principios del FAD
Sectores de la izquierda panameña constituyeron nuevamente este domingo un partido político con el que pretenden presentarse a las elecciones de 2019 e impulsar una nueva Constitución para refundar el país, anunciaron sus promotores.
“Nuestros esfuerzos nos deben llevar a crear las condiciones en que el pueblo soberano pueda convocar una Constituyente originaria con plenos poderes que refunden la patria nueva, soberana, democrática y con justicia social”, dijo el presidente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Fernando Cebamanos.
“Hay una crisis profunda del sistema político y su legitimidad”, añadió.
El FAD se constituyó en partido político en 2013. Sin embargo, al no alcanzar el 4% de los votos en las elecciones presidenciales de 2014, el Tribunal Electoral eliminó su personería jurídica.
Ahora han recolectado más de las 65.000 firmas que le exigía el Tribunal Electoral para volver a reconocerlo como partido, conformado principalmente por el poderoso sindicato de la construcción Suntracs, el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) y otras organizaciones populares.
Entre consignas como “viva Panamá socialista”, “esta patria no se vende, esta patria se defiende”, “porque sin luchas no hay victorias” y pancartas con el lema “para hacer posible lo hasta ahora imposible”, el FAD llevó a cabo su Congreso constitutivo en un hotel de la capital panameña.
“La riqueza se concentra en pocas manos, donde 115 ultramillonarios acumulan 17.000 millones de dólares, y para el pueblo (hay) injusticia social, pobreza y exclusión”, dijo Cebamanos.
Además, en Panamá “impera la impunidad de quienes detentan el poder económico y político del país” y la corrupción “ha alcanzado niveles que no pueden ser ocultados”, agregó.
Pese a un crecimiento económico del 6% y un Canal por el que pasa el 5% del comercio marítimo mundial, las condiciones de vida han empeorado, según el FAD, que denuncia presuntos planes del gobierno para privatizar servicios públicos y subir la edad de jubilación.
Para esta formación, que apoya a otros gobiernos latinoamericanos de izquierda como los de Cuba y Venezuela, los cambios en Panamá no son posibles con la actual Constitución ni con los otros partidos políticos, a los que acusan de ser parte de la “mafiocracia” y “podredumbre” del Estado panameño.