La Constitución hondureña prohíbe la reelección presidencial, pero Hernández logró inscribir su candidatura a un segundo período consecutivo gracias a una interpretación de la Sala de lo Constitucional
Millones de hondureños comenzaron a votar este domingo para escoger a sus autoridades para los próximos cuatro años, en un proceso marcado por los cuestionamientos a la candidatura a la reelección del presidente Juan Orlando Hernández y los temores de la oposición a un fraude.
Las 17.500 mesas de votación abrieron poco después de las 07H00 locales (13H00 GMT) con largas filas de personas abrigadas en una fresca mañana en Tegucigalpa.
“Esperamos que sea una fiesta cívica”, declaró el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, al abrir la votación en el Instituto San Miguel, un colegio católico capitalino.
Hernández votó a primera hora en su ciudad natal de Gracias, en el oeste del país, acompañado de su hija y de diputados del oficialista Partido Nacional (PN).
“Cuatro años más”, coreaban sus simpatizantes que lo rodearon al llegar a votar.
“Es impresionante la respuesta” de los votantes, expresó Hernández a periodistas, tras comentar que desde horas de la madrugada estuvo enviando mensajes para asegurar que todo esté listo en la votación.
Se prevé que las mesas de votación cierren a las 16H00 locales (22H00 GMT), aunque usualmente se extiende una hora más.
Más de seis millones de hondureños están convocadas para escoger a su próximo presidente de entre nueve candidatos, de los cuales tres aparecen con opciones de vencer, incluido Hernández.
La elección también se celebra en siete ciudades de Estados Unidos con elevada concentración de migrantes hondureños, según el TSE.
– Menos delincuencia –
En la Escuela 11 de Julio de la colonia capitalina Nueva Suyapa, una comunidad marginal controlada por la pandilla Barrio 18, el albañil José Cerrato, de 69 años, hacía fila desde temprano para votar por la reelección de Hernández.
“Estoy consciente de todo lo que ha hecho el gobierno. Con la delincuencia aquí uno peligra, sale de la casa y no sabe si va a regresar, pero antes estaba más peligroso”, comentó a la AFP.
En otro punto de la escuela, la activista de la oposición izquierdista Yamileth González, candidata a diputada suplente, denunció que el oficialismo ofrecía víveres y dinero para comprar votos a favor del presidente.
Junto a Hernández, en el poder desde 2014, compiten por la presidencia el académico Luis Zelaya del Partido Liberal (PL, derecha) y el periodista Salvador Nasralla, de la izquierdista Alianza de Oposición contra la Dictadura.
El gobierno desplegó más de 35.000 efectivos policiales y militares en todo el país para garantizar la seguridad del proceso, según el ministro de Seguridad, Julián Pacheco.
“La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Honduras somos responsables de blindar este proceso, el cual debe ser uno de los más concurridos de la historia del país, y al que más seguridad se le ha brindado”, acotó Pacheco.
El magistrado del TSE Marco Ramiro Lobo dijo a la AFP que los primeros resultados se divulgarán hacia las 19H30 (01H30 GMT del lunes).
– Proceso cuestionado –
La postulación de Hernández generó cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso y despertó temores de fraude en los opositores Nasralla y Zelaya, quienes dijeron que no reconocerían una reelección del mandatario, postulado por el derechista Partido Nacional (PN).
Nasralla incluso llamó a sus seguidores a estar vigilantes ante posibles irregularidades en las mesas de votación y a denunciarlas a los observadores internacionales.
Los comicios del domingo son los mas vigilados de los últimos tiempos, con 16.000 observadores, de los cuales 600 son extranjeros, de la Unión Europea, la OEA y otras entidades, según el TSE.
Para el analista Víctor Meza, investigador del Centro de Documentación de Honduras, hay un “clima de crispación” en el país por “la reelección, que es la forma encubierta y semilegal del continuismo autoritario del presidente” Hernández.
Meza alertó de una situación potencialmente explosiva debido a que los tres candidatos mayoritarios dicen tener certeza del triunfo y que no aceptarán la derrota.