Las autoridades de Nueva Delhi probaron el miércoles una especie de vaporizador gigante en un intento por mostrar su determinación a luchar contra los peligrosos niveles de polución atmosférica en la capital india
Esta megápolis de 20 millones de habitantes es una de las más contaminadas del mundo, con concentraciones de partículas en suspensión a menudo superiores a las de Pekín. Y sus autoridades son criticadas por su dejadez ante esta lacra que amenaza la salud pública.
El gobierno local, que en el pasado ya tomó iniciativas desconcertantes contra la polución, desplegó el miércoles un “cañón antismog” en la periférica Anand Vihar para hacer una prueba.
El artefacto, especie de enorme pulverizador en forma de secador de cabello cargado sobre un remolque, proyecta 100 litros de agua por minuto en un radio de 150 metros.
Se utiliza habitualmente en las obras y las minas y su principio es sencillo: el agua, al caer, arrastra hacia el suelo los contaminantes limpiando el aire.
“Si se demuestra que funciona, lo desplegaremos en las calles de Delhi en cuanto sea posible”, declaró a la AFP Imran Husain, ministro de Medio Ambiente de la ciudad.
La iniciativa provocó sorpresa y disgusto entre los especialistas.
En opinión de Sunil Dahiya de Greenpeace, el gobierno local busca desviar la atención de su incapacidad para combatir las fuentes de polución, principalmente la producción industrial, la emisiones de los vehículos y el polvo de las obras de construcción.
“Claramente no es una solución”, afirma.
Los constructores del artefacto, cada uno de los cuales cuesta unos 2 millones de rupias (26.400 euros, 31.300 dólares), consideran que harán falta “30-40 cañones” para reducir sensiblemente los niveles de polución en la ciudad.
Reconocen sin embargo que esto no resolverá el problema a largo plazo.
“Es una solución para cuando se está completamente desesperado”, afirmó a la AFP Vimal Saini de la empresa CloudTech.