El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva fue aclamado al grito de “¡Lula libre!”, al participar en una misa antes de su posible entrega este sábado a la justicia para empezar a cumplir una pena a 12 años de cárcel por corrupción
La misa se lleva cabo en un camión de sonido convertido en capilla, frente al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde el exmandatario de izquierda (2003-2010) permanece atrincherado desde hace dos días.
Lo acompañan varias personalidades, entre ellas la destituida expresidenta Dilma Rousseff, su heredera política.
Un cura enumeró la lista de cinco expresidentes brasileños que en algún momento conocieron la prisión, antes de agregar: “Y ahora… Lula”, levantando un clamor de la plaza: “¡Lula libre!”, “¡Lula libre!” y “¡No te entregues!”, “¡No te entregues!”.
Según diversas fuentes, Lula, de 72 años, podría entregarse durante el día a las autoridades para cumplir su condena, por haber beneficiado de un apartamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.
Lula, que es objeto de otras seis causas penales, niega todas las acusaciones y las atribuye a una conspiración de las “élites” para evitar que vuelva al poder.
El juez Sergio Moro le había ofrecido la posibilidad de presentarse “voluntariamente” en Curitiba antes del viernes a las 17H00, pero el exsindicalista ignoró ese plazo y permaneció en su búnker sindical, rodeado por miles de personas que le expresan apoyo día y noche.