El caos reina en la frontera entre Estados Unidos y México ante la falta de planes: nadie sabe cuál será la suerte de más de 2.300 niños inmigrantes separados de sus padres por el gobierno estadounidense, ni si podrán reunirse alguna vez
Aunque el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para poner fin a su política de separación de familias que ingresaron de forma clandestina en la frontera, estos niños siguen separados en centros de detención u hogares de acogida, a veces a más de 3.000 km de donde están sus padres o tutores.
Los padres, detenidos para ser procesados penalmente, muchas veces no tienen idea de dónde están sus hijos y en algunos casos ya fueron deportados sin ellos.
– Una aguja en un pajar –
Los abogados migratorios que les defienden aseguran que el gobierno no tiene planes para reunificarlos y que trabajan como “detectives privados” para unir a padres e hijos, una tarea que comparan con hallar una aguja en un pajar.
“En el terreno hay mucha confusión e instrucciones e información contradictoria, incluso de la parte de actores del gobierno”, dijo Michelle Brané, directora de derechos de los inmigrantes en la Comisión de Mujeres Refugiadas.
“Esto es solo un ejemplo de cómo opera este gobierno: anuncios de políticas grandes y audaces sin planes sobre cómo implementarlas, lo cual aumenta el caos en el terreno”, sostuvo Brané el jueves en una teleconferencia.
Como ejemplo, relató el caso de una niña registrada como una menor de dos años, que usaba pañales. Hablaba quiché, una lengua maya usada en Guatemala y México, y nadie le comprendía.
Un poco por casualidad, y tras horas de trabajo detectivesco, Brané logró identificarla en una lista de 500 nombres: tenía en realidad cuatro años, no dos, su nombre era otro y su tía estaba detenida “en el mismo centro, encerrada en otra jaula”.
“Sigue siendo un proceso caótico”, dijo en la misma teleconferencia Wendy Young, presidente de Kids In Need of Defense (KIND), una organización que ofrece ayuda legal gratuita a menores inmigrantes indocumentados.
“Estamos tratando de ayudar a esos pobres padres que buscan frenéticamente a su hijo”; “los integrantes de mi equipo legal se han convertido en detectives privados”, contó.