En el Carillon, uno de los bares que fue blanco de los atentados yihadistas de noviembre de 2015, las cervezas volaban por los aires y los clientes saltaban de alegría
“¡Ouiiii!”, “¡Aquí está la segunda estrella!”. Una explosión de entusiasmo y de gritos se oyó el domingo en Francia, tras la victoria de los Bleus (4-2) en la final del Mundial de fútbol frente a Croacia.
En pocos minutos, los Campos Elíseos de París se llenaron de gente para celebrar esta segunda Copa del Mundo de los Bleus. En 1998, fueron más de un millón de personas las que festejaron este triunfo en “la “avenida más bella del mundo”.
Desde la “fan zone” de la Torre Eiffel hasta los centros de las ciudades de Lyon, Lille o Marsella, pasando por el estadio de Burdeos y las plazas de los pueblos, millones de seguidores franceses saltaban de alegría y el alborozo estalló en todo el país, que aguantaba la respiración desde la mañana.
64 partidos
32 sueños
1 campeón #FRAUna llave que ya es parte de la historia del fútbol #Rusia2018 pic.twitter.com/MngBgHdeht
— Copa Mundial FIFA ? (@fifaworldcup_es) 15 de julio de 2018
“¡Ganamos, ganamos!”, gritaba la multitud en la “fan zone” parisina. “Es maravilloso, maravillo”, decía emocionada Martine, de 58 años, que vino con su hija a este espacio donde había unas 90.000 personas, que vieron la retransmisión del partido en un ambiente de euforia.
Las calles de la capital francesa estaban repletas de gente. Incluso las campanas de de Notre-Dame repicaron por la victoria.
En el Carillon, uno de los bares que fue blanco de los atentados yihadistas de noviembre de 2015, las cervezas volaban por los aires y los clientes saltaban de alegría.
“Ser campeones del mundo aquí, es simbólico”, tres años después de los ataques, explicó Benoît Bardet, un joven consultor en informática “no especialmente fan de fútbol”. “Venir aquí con mis amigos, era una forma de recordarlo y de demostrar que París nunca muere”.
En Bondy, en las afueras de París, el cuarto gol, marcado por Kylian Mbappé, originario de la ciudad, se festejó con especial entusiasmo. “¡Kylian, lanzó, Kylian, marcó, Kylian, balón de oro, Bondy campeona, la Copa del Mundo es para Francia!”, gritaban los jóvenes, mientras cantaban “I will survive”, el tema que se convirtió en el himno de la victoria de los franceses en 1998.