“Respetamos las decisiones soberanas de otros países e igualmente pediremos siempre el mismo respeto a las nuestras para continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales”, dijo Varela en un comunicado
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, exigió ayer domingo a Estados Unidos respeto, después de que Washington retirara a su máxima representación en el país centroamericano por su decisión de establecer en 2017 relaciones diplomáticas con China.
“Respetamos las decisiones soberanas de otros países e igualmente pediremos siempre el mismo respeto a las nuestras para continuar fortaleciendo las relaciones bilaterales”, dijo Varela en un comunicado.
Estados Unidos retiró el viernes a sus embajadores en República Dominicana y El Salvador, y a su encargada de negocios en Panamá, Roxanne Cabral, luego de que restablecieran sus relaciones con China y las rompieron con Taiwán.
Washington convocó a representantes en esos países a una reunión para analizar “las formas en que Estados Unidos puede apoyar instituciones y economías fuertes, independientes y democráticas en toda Centroamérica y el Caribe”.
La medida se produjo después de que Washington acusara a Pekín el mes pasado de desestabilizar las relaciones entre China y Taiwán al intentar separar a Taipéi de algunos de sus aliados en el hemisferio occidental.
Estados Unidos y Panamá “avanzamos siempre unidos en la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo” y “compartimos valores de democracia y libertad”, pero como “país soberano tomaremos siempre nuestras decisiones” en “función de los intereses” de Panamá, señala Varela.
“Estamos seguros, además, que los mejores intereses de Panamá no riñen con los intereses de nuestros socios estratégicos”, añade el mandatario panameño, quien manifiesta que su país, pese a esta polémica, seguirá trabajando con Estados Unidos “para mantener la estabilidad política y social en la región”.
Taiwán y China mantienen desde hace años un tira y afloja diplomático con países en desarrollo, prometiéndoles apoyo económico y otras ayudas a cambio de reconocimiento diplomático.
Pekín considera que Taiwán es parte de su territorio y no ha descartado utilizar la fuerza para obligarla a incorporarse a una China unificada.
Estados Unidos es el principal aliado no oficial de Taiwán y su proveedor de armas más importante, a pesar de que en 1979 Washington estableció relaciones diplomáticas con China y automáticamente las cortó con Taipéi.
“Parece mentira cómo una potencia deja perder su credibilidad de Estado, echando broncas a quienes adoptan la misma política que ella misma ha venido persiguiendo desde hace casi 4 décadas. Doble estándar y prepotencia en estado puro”, dijo en Twitter Wei Qiang, embajador de China en Panamá.