Venezolanos protestaron frente al restaurante en Miami cuyo chef Salt Bae, agasajó en Turquía, al presidente Maduro con un banquete.
“Eso fue una burla y una falta de respeto para todos los venezolanos”, dijo a la AFP Yadira Weir, una maestra de secundaria de 70 años que llegó hace dos meses a Miami, donde trabaja como limpiadora para enviar dinero a su familia en Maracaibo, al oeste del país.
“No tenemos luz”, siguió, “es demasiado, demasiado, demasiado sufrimiento. Se hace una comida al día. Para comprar un pollo, cuando se consigue una vez al mes, hay que estar todo un día haciendo cola”.
Los videos del festín del lunes en el restaurante del chef Salt Bae en Estambul causaron indignación en la oposición venezolana y rápidamente se divulgaron llamados a protestar frente a las demás sucursales del cocinero turco en otras ciudades del mundo.
En Miami, los manifestantes gritaban “¡fuera!” con carteles y mensajes como: “Este restaurante apoya a un dictador y narcotraficante venezolano mientras la gente muere de hambre y sin medicinas”.
Weir contó a la AFP que sufre de una insuficiencia renal y debió mudarse a Miami “por no conseguir allá medicamentos, no hay ni siquiera para hacer diálisis”.
Mientras José Colina, presidente la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), que organizó la protesta, arengaba a los manifestantes llamando a boicot.
Los videos en el Instagram del chef, cuyo verdadero nombre es Nusret Gökçe, fueron borrados de su cuenta luego de que se hicieran virales. En ellos el cocinero turco, con su efectista estilo generador de memes, corta carne para Maduro y la esposa de éste, Cilia Flores.
“Estamos muriéndonos de hambre, no hay medicinas, la gente está comiendo de la basura. No es justo que él se esté dando el lujo de comerse unos tremendos pedazos de carne”, dijo Lucy Arroe, una pastelera de 65 años.
Salt Bae ya había enfurecido a la comunidad hispana en Miami cuando posó el año pasado junto a una fotografía de Fidel Castro, imitando al fallecido líder cubano con un puro y una boina negra.
“La mayor parte de los 1,945 comentarios”, escribió entonces el diario local Nuevo Herald, “no se pueden imprimir en un periódico”.
La aplicación para escribir valoraciones Yelp clausuró temporalmente la página del restaurante Nusr-Et Steakhouse en Miami porque estaba inundándose de comentarios negativos.
“Este negocio hizo revuelo en las noticias”, señala Yelp en un cartel que cubre la página cerrada del restaurante Nusr-Et, donde un churrasco cuesta entre 70 y 275 dólares –entre dos y ocho meses del salario mínimo venezolano, al cambio oficial.
Los venezolanos también protestaron frente al Nusr-Et Steakhouse de Nueva York el martes.
“Salt Bae, ¿tu negocio está por encima de la dignidad de mi pueblo moribundo y hambriento?”, decía un cartel.
En medio de la polémica, el presidente Maduro defendió al chef.
“Le mando un saludo desde aquí a nuestro amigo Nusret. Camarada, pronto vuelvo a Estambul para que nos volvamos a ver. Gracias por los regalos”, dijo el martes a periodistas.
Venezuela sufre una grave crisis política, económica y humanitaria que ha generado, entre otros, un problema regional con miles de refugiados en las fronteras de Colombia y Brasil.
Según agencia de la ONU, unos 2,3 millones de venezolanos (7,5% de la población de 30,6 millones) viven en el exterior, de los cuales unos 1,6 millones han emigrado desde 2015, con el recrudecimiento de la crisis.
El senador Marco Rubio, un republicano cubano-estadounidense que representa a Florida, arremetió el martes contra Maduro.
“Ha hambreado y oprimido a 2,3 millones de personas fuera del país y posiblemente a otro millón antes del final del año”, tuiteó.
Rubio también cuestionó duramente a Gökçe por agasajar al gobernante “como un rey”.
Según datos del censo de 2016, unos 300.000 venezolanos viven en Estados Unidos. De ellos, casi la mitad (144.000) residen en Florida.