El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó este viernes una resolución que permite prolongar durante un año la investigación sobre las acusaciones de crímenes de guerra en Yemen, a pesar de la oposición saudita.
La resolución, propuesta por Bélgica, Canadá, Irlanda, Luxemburgo y Holanda y apoyada por la Unión Europea, fue adoptada por el voto a favor de 21 de los 47 Estados presentes actualmente en el Consejo. Ocho votaron en contra y 18 se abstuvieron.
Este viernes se aprobó también otra resolución sobre Yemen presentada por Túnez en nombre del Grupo de Países Árabes, en este caso sin voto. La resolución no menciona al grupo de expertos de la ONU, pero solicita que la Comisión Nacional de Investigación en Yemen, a menudo criticada, siga abordando el conflicto.
En su informe publicado a fines de agosto, y que abarca desde septiembre de 2014 –fecha del inicio de las hostilidades en Yemen– hasta junio de 2018, los expertos concluyeron que todas las partes enfrentadas en el conflicto cometieron potencialmente “crímenes de guerra”.
El grupo de expertos, presidido por el tunecino Kamel Jendoubi, destacó que los bombardeos de la coalición dirigida por Arabia Saudita “provocaron el mayor número de víctimas civiles directas”, al golpear “zonas residenciales”, “mercados” e “incluso instalaciones médicas”.
Este grupo de expertos fue creado hace un año por el Consejo, gracias al apoyo de países árabes. Pero Arabia Saudita y sus aliados rechazaron esta vez apoyar la resolución y pidieron que el texto fuera votado.
Se hicieron “muchos esfuerzos” para “lograr un consenso, no obstante […] el proyecto de resolución no reflejó nuestras preocupaciones legítimas”, declaró el embajador saudita ante la ONU, Abdulaziz Alwasil.
También consideró que el informe de expertos “no era equilibrado”.
El ministro yemení de Derechos Humanos, Mohamed Asker, rechazó la resolución considerando que “responde a la voluntad del país de politizar la situación” en su país.
Desde marzo de 2015, cuando Arabia Saudita y sus aliados entraron en el conflicto, unas 10.000 personas han perdido la vida en la guerra, la mayoría civiles, y 56.000 resultaron heridas.
Según la ONU, tres de cada cuatro yemeníes necesitan hoy ayuda, especialmente de alimentos, y el país vive bajo la amenaza de una tercera ola de cólera.
La guerra en Yemen enfrenta a las fuerzas progubernamentales, apoyadas por los sauditas y emiratíes, y a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, que controlan vastos territorios, entre ellos la capital Saná.