El norte de Florida se preparaba este martes para el “monstruoso” huracán Michael, que podría llevar “devastación total” al noroeste de este estado del sureste estadounidense cuando toque tierra el miércoles con vientos de categoría 3.
Los meteorólogos advierten además de la peligrosa marejada que podría aumentar el nivel del mar hasta 4 metros en la franja noroeste de Florida, cerca de la frontera con Alabama.
“Es su última oportunidad para prepararse para esta tormenta monstruosa y mortal”, dijo el gobernador, Rick Scott, en una conferencia de prensa a media tarde.
A las 21H00 GMT, Michael se arremolinaba en el Golfo de México a 470 Km al sur de Panama City, hacia donde avanzaba a 19 km/h, informó el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.
“Michael es un huracán categoría 3 de la escala Saffir Simpson”, escribió el NHC. “Se espera un fortalecimiento adicional y Michael será un huracán de gran intensidad cuando toque tierra en Florida”.
Luego se debilitará a medida que se interne el jueves por el sureste estadounidense, hacia Georgia y las Carolinas.
El NHC emitió una advertencia de huracán para la franja oeste de Florida, una zona balnearia donde abundan los resorts frente al mar y las comunidades para jubilados, mientras el gobernador declaró estado de emergencia en 35 condados del estado.
Las áreas costeras están bajo órdenes de evacuación obligatoria. En el condado de Bay en particular, donde está Panama City y se espera su impacto directo, éstas afectan a unos 120.000 residentes, dijo el alguacil Tommy Ford.
“Nunca puedes predecir lo que va a pasar, pero no tiene sentido asumir ese riesgo”, dijo Dean Allred, un residente de esta pequeña ciudad de 36.000 habitantes, al canal NBC cuando terminaba de comprar suministros.
El presidente Donald Trump dijo el martes que se había contactado con funcionarios por la tormenta entrante -“una grande”, comentó- y aseguró que el gobierno, incluida la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), estaba listo.
“Estamos muy bien preparados. FEMA está lista. Todos estamos listos. Hablamos con el gobernador Scott, hablé con todos los que tenía que hablar”, dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca.