La NASA anunció el martes que el Telescopio Espacial Kepler se quedó sin combustible y fue retirado de servicio después de nueve años en órbita alrededor del Sol.
La misión del telescopio espacial era encontrar otros planetas en los confines de la galaxia y del Universo, más allá del Sistema Solar. Y según los muchos astrónomos que lo han utilizado, la ha cumplido ampliamente.
“Como la primera misión de investigación de otros planetas de la NASA, Kepler ha superado ampliamente nuestras expectativas y abierto el camino a nuestra exploración y nuestra búsqueda de vida en el Sistema Solar y más allá”, dijo Thomas Zurbuchen, responsable de la dirección científica de la NASA.
Kepler mostró que entre 20 y 50% de las estrellas visibles desde la Tierra probablemente tenían “pequeños planetas, tal vez rocosos y de un tamaño similar al de la Tierra, en una zona habitable”, según la NASA.
Eso quiere decir que esos exoplanetas se ubican a distancias de sus estrellas que harían posible que en su superficie haya agua líquida, considerada un ingrediente esencial para la vida.
La muerte de Kepler no es una sorpresa. Desde hace semanas habían surgido anomalías. La NASA ahora alejará al telescopio de la Tierra.
Para Bill Borucki, exjefe de la misión Kepler, el telescopio demostró que había “más planetas que estrellas en nuestra galaxia”.