Unos 5.500 migrantes de la gigantesca caravana que el 13 de octubre salió de Honduras habían llegado hasta este miércoles a Ciudad de México, según un recuento de la Comisión de Derechos Humanos (defensoría) de la capital mexicana.
La presidenta de la Comisión, Nashieli Ramírez, informó de esta nueva estimación en rueda de prensa ofrecida en un albergue para migrantes instalado en un centro deportivo del oriente de la ciudad.
Explicó que 86% de los migrantes son hondureños y el resto de Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Hay algunos provenientes de Panamá y Costa Rica, dijo.
La Comisión y la alcaldía se encargan de coordinar la ayuda a los migrantes en el albergue, que está al máximo de su capacidad.
Según autoridades, ha llegado ya el grueso de la primera caravana, aunque esta semana arribarían grupos rezagados.
“El primer flujo de la segunda caravana podría llegar el próximo sábado 10”, dijo Ramírez.
En el albergue están a la espera de que esta primera caravana determine cuándo reanuda su camino hacia la frontera norte con la esperanza de poder cruzar a Estados Unidos.
En la segunda viajan unas 2.000 personas y una tercera, de similar tamaño, avanza por el sur del país.
Los migrantes en Ciudad de México, sobre todo mujeres, niños y personas mayores, duermen en casas de campaña mientras que otros ocupan camas improvisadas en tribunas de un estadio.
Se les ofrecen alimentos, atención médica, productos de higiene personal, pañales y ropa. El albergue ha recibido también numerosas donaciones de los capitalinos.
La mayoría de los migrantes están decididos a llegar a Estados Unidos pese a las advertencias del presidente Donald Trump de que se les impedirá entrar y al despliegue de unos 4.800 militares estadounidenses en la frontera con México.
Más de medio millón de migrantes centroamericanos, que escapan de la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia de las pandillas, atraviesan anualmente México con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
El fenómeno de las caravanas, en las que viajan familias enteras con niños de brazos y mujeres embarazadas, se ha multiplicado este año como una forma de atravesar con mayor seguridad un país como México, donde los migrantes son acechados por autoridades y el crimen organizado.