Estados Unidos incluyó el martes a Jawad Nasrallah, hijo del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah, en su lista negra de “terroristas globales”, aumentando la presión contra este movimiento chiita libanés de resistencia islámica.
El gobierno de Donald Trump calificó a Jawad Nasrallah de “líder en ascenso” de Hezbolá, y dijo que en los últimos años reclutó gente “para llevar a cabo ataques terroristas contra Israel en Cisjordania”.
En una declaración, el Departamento de Estado también anunció que revisó y mantuvo la designación de Hezbolá como “Organización Terrorista Extranjera”, emitida hace 21 años.
Hezbolá es el único grupo político de Líbano que no se ha desarmado después de la guerra civil de 1975-1990.
Washington lo acusa de ser un aliado cercano de Irán, así como de apoyar al régimen sirio de Bashar al Asad y de amenazar a Israel.
Pero en Líbano, Hezbolá es una de las tres facciones políticas más poderosas del país, al que el primer ministro designado, Saad Hariri, señaló este martes de retrasar la formación de un nuevo gobierno en busca de fortalecer su representación.
El ejército israelí afirma que Hezbolá posee entre 100.000 y 120.000 misiles y cohetes de corto alcance, así como varios centenares de misiles de largo alcance.