Theresa May presenta el acuerdo de Brexit a un gobierno británico dividido

Theresa May presenta el acuerdo de Brexit a un gobierno británico dividido
Theresa May, primera ministra de Reino Unido. Foto/Afp

May dispone de una muy estrecha mayoría absoluta para la que depende del apoyo de los 10 diputados del Partido Unionista Democrático (DUP), pequeña formación ultraconservadora de Irlanda del Norte

La primera ministra británica, Theresa May, busca el miércoles que su gobierno apruebe el proyecto de acuerdo sobre el Brexit alcanzado con Bruselas, que deberá superar las fuertes divisiones del ejecutivo antes de poder enfrentar la prueba de fuego del parlamento.

Ha llegado el “momento de la verdad”, consideraba en portada el diario Daily Telegraph. Es el “día del juicio”, afirmaba el diario Daily Mail.

Tras recibir a los miembros del gabinete el martes por la noche para presentarles el texto de los negociadores británicos y europeos, May reúne un consejo de ministro extraordinario a las 14h00 (locales y GMT) para obtener luz verde.

El excanciller Boris Johnson, defensor de un Brexit duro que dimitió en julio por considerar que May estaba haciendo demasiadas concesiones a la Unión Europea, pidió más renuncias entre los miembros del ejecutivo en desacuerdo con el proyecto.

Su propio hermano menor, el secretario de Estado de Transportes, Jo Johnson, que a diferencia de Boris defiende la permanencia del Reino Unido en la UE, presentó su dimisión el viernes calificando el acuerdo de “terrible error”.

Antes del consejo de ministros, la primera ministra deberá hacer frente al parlamento en una sesión semanal de preguntas que se anuncia agitada.

– Batalla parlamentaria –

May dispone de una muy estrecha mayoría absoluta para la que depende del apoyo de los 10 diputados del Partido Unionista Democrático (DUP), pequeña formación ultraconservadora de Irlanda del Norte.

Pero su líder, Arlene Foster, ya advirtió que considera “inaceptable” el proyecto de acuerdo, considerando que “socava la integridad económica y constitucional del Reino Unido”.

El mayor problema en las largas y difíciles negociaciones iniciadas con Bruselas tras al victoria del Brexit en el referéndum de junio de 2016 fue cómo evitar la instauración de una frontera con vigilancia policial entre la República de Irlanda -miembro de la UE- y la provincia británica de Irlanda del Norte.

Londres y Bruselas estaban de acuerdo en que una frontera dura podría amenazar el acuerdo de paz de 1998 que puso fin a 30 años de sangriento conflicto en Irlanda del Norte.

Gracias a la unión aduanera europea, las personas y las mercancías pueden circular libremente entre las dos Irlandas, lo que ha permitido reforzar los lazos intercomunitarios.

Las autoridades temen que si se instaura una infraestructura aduanera en la frontera tras el Brexit, esta pueda convertirse en blanco de grupos paramilitares disidentes.

Para evitarlo, las dos partes acordaron una compleja solución técnica denominada “backstop” o “red de seguridad”, que busca mantener a Irlanda del Norte abierta a la UE mientras no se encuentre un sistema mejor.

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