Estados Unidos anunció el jueves que enviará de regreso a México a los solicitantes de asilo que crucen su frontera sur mientras la justicia resuelve sus casos, y el gobierno mexicano indicó que los recibirá pero que no aceptará a deportados.
“Inmigrantes que traten de burlar el sistema para entrar a nuestro país ilegalmente no podrán desaparecer en Estados Unidos, donde muchos evitan las audiencias judiciales” a las que deben comparecer para seguir sus casos de solicitud de asilo, anunció la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen.
“Ellos esperarán por la decisión de una corte migratoria en México. (La política de) ‘Detener y liberar’ será sustituida por la de ‘detener y devolver'”, dijo Nielsen en un comunicado.
El anuncio se produce ante el fracaso de los esfuerzos del gobierno de Trump para detener una ola migratoria -fundamentalmente centroamericanos que huyen de la violencia- que busca ingresar a Estados Unidos.
Tras el anuncio, la embajada de México afirmó que garantizará los derechos de los migrantes que sean enviados a su territorio desde Estados Unidos mientras se tramite su solicitud de asilo, pero aclaró que su país no va a aceptar deportados por Estados Unidos.
México “garantizará que las personas extranjeras que hayan recibido su citatorio gocen plenamente de los derechos y libertades reconocidos en la Constitución”, dijo en una rueda de prensa José Antonio Zabalgoitía, encargado de negocios de la embajada mexicana en Washington.
El diplomático especificó que esta medida ha sido adoptada por motivaciones “humanitarias”.
“La medida se refiere sólo a los solicitantes de asilo y refugio en los Estados Unidos”, especificó Zabalgoitía. “No vamos a aceptar deportados por Estados Unidos”, aclaró durante la rueda de prensa el diplomático.