Fulo, un perro labrador, huele con detenimiento todo lo que encuentra a su paso en busca de explosivos, mientras policías revisan la gigantesca tarima donde el papa Francisco inaugurará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará este mes en Panamá.
Los agentes especializados en explosivos del Servicio de Protección Institucional (SPI) han aumentado la vigilancia del escenario y sus alrededores, a menos de 20 días de la llegada del papa a Panamá.
“En sí no hay ninguna amenaza, pero se toman las medidas necesarias para que no pase ningún atentado terrorista”, dice a periodistas el capitán del SPI, Michael Mcclean.
“Nosotros no desestimamos cualquier imaginación que pueda tener el terrorista, por eso peinamos a diario tanto el área externa como interna” de la tarima, añade Marcos Espinosa, especialista en explosivos del SPI.
El papa Francisco presidirá la JMJ, que tendrá lugar en Panamá del 22 al 27 de enero. El pontífice llegará a la cita el día 23, por lo que se han incrementado la seguridad y el ritmo de las obras para que todo esté listo a tiempo.
La inauguración del evento se celebrará en la gigantesca estructura ubicada en el paseo marítimo de Ciudad de Panamá, donde el pontífice pronunciará el tradicional vía crucis.
La tarima de cuatro niveles, ocho metros de altura y más de 1.420 metros cuadrados en total, está ubicada en un paseo de 2,3 kilómetros, donde habrá 18 torres con pantallas y altavoces.