Se cumplió la primera semana donde estamos oficialmente en campaña
Se terminó la veda y se inicia la contienda electoral. Es la primavera de los analistas políticos. Seudo intelectuales idiotizados. Sin ninguna interacción con la población. En los espacios públicos teorizan sobre un mejor Panamá. Un Panamá platónico existente solitariamente en sus limitadas mentes. Hablan pendejadas y observan a los mismos diputados que critican ser reelegidos una y otra vez.
De la necesidad de una nueva constitución porque es la única forma de acabar con los privilegios sin percatarse que ellos también perciben una remuneración por decir pendejadas en un salón de clases, una ONG o una asesoría gubernamental. Son redactores de panfletos, estudios de pobreza, desigualdad o gobernabilidad cuyo valor se limita al costo del papel, nadie lee y se descarta o se bota por ocupar espacio innecesario. De eso viven y esa es la “teta” con la cual se sostienen económicamente.
Son incapaces de producir. Si no tienen ese oficio se mueren de hambre. Tampoco asumen un riesgo si se equivocan en sus observaciones pues su supervivencia ni el estado de las cosas les afecta. Como decía viven cómodos con el salario de instituciones que les paga por decir pendejadas. En realidad si el analista es un empresario es el mejor termómetro para saber qué pasa en el país. Y saben ustedes por qué? Porque él tiene sus huevos enterrados en su negocio y si falla paga un precio por su error.
Díganme, esos analistas teóricos de pacotilla que jamás han pagado una planilla si pagan un precio por el error en sus recomendaciones. Si se necesita un plan de gobierno hay que ir a preguntarle a las fuerzas productivas del país. Ellos producen las riquezas y mueven al país.
No son los comentaristas radiales, los periodistas opinólogos ni los invitados especiales de la denominada intelectualidad panameña (de intelectuales no tiene nada pues de ser así este país tendría una variedad de librerías y bibliotecas). Nuestros denominados analistas son de pacotilla. Ni siquiera leen. Expertos en sueños y pesadillas que materializan en sus observaciones de la realidad nacional.
Algo escucharon por allí, una glosa, un tweet, un instagram o unos párrafos de facebook o de uno de nuestros mediocres periódicos y son la base y la sustentación de su desarrollo mental. El núcleo de sus argumentaciones. Para elevar la calidad de vida del país necesitamos más productores de riqueza. Producir para que a todos nos vaya bien. Ese es el único plan nacional que necesitamos.
El resto viene por añadidura. Si nos embarcamos en un plan nacional para conquistar el mundo, a los panameños el mundo nos quedará chiquito. No seamos pendejos oyendo a pendejos. El único texto que necesitamos es nuestro glorioso himno nacional. Allí lo dice todo. Como alcanzar la victoria,
Como comprometernos con el trabajo sin más dilación. Como cubrir el pasado y mirar el futuro. Como a través de la concordia y el amor fraternal romper barreras humanas, como ser prez y gala en este continente americano, como renunciar a la guerra y garantizar nuestra neutralidad. ¿Necesitamos algo más que nuestro himno nacional para trazar nuestro destino?
Muy cierto.