Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida (FIU) descubrió el receptor olfativo que permite a estos insectos portadores de enfermedades sintonizarse con el olor humano… y cómo apagarlo.
Los científicos han sabido por décadas que los mosquitos se sienten atraídos por el ácido láctico que contiene el sudor humano, pero en la era anterior a la genética avanzada el mecanismo preciso seguía siendo un misterio.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida (FIU) descubrió el receptor olfativo que permite a estos insectos portadores de enfermedades sintonizarse con el olor humano… y cómo apagarlo.
Publicaron el jueves su trabajo en la publicación Current Biology sobre los mosquitos Aedes aegypti, conocidos por esparcir enfermedades mortales como Zika, dengue y fiebre amarilla.
El equipo, liderado por el biólogo de la FIU Matthew DeGennaro, identificó al receptor culpable identificado como Ionotropic Receptor 8a, o simplemente como IR8a, a través de un proceso de eliminación que empezó en diciembre de 2013 cuando el científico fue capaz de crear el primer mosquito mutante del mundo, removiendo un gen para investigar de qué forma su ausencia afectaba al insecto.
Encargado de investigar el IR8a, Joshua Raji, alumno doctoral de DeGennaro, empezó con un experimento de exposición utilizando su propio brazo, y notó que los mosquitos mutantes estaban significativamente menos atraídos por él que los no mutantes.
Los resultados se confirmaron a través de pruebas en 14 sujetos adicionales.
“Se ha estado buscando un receptor del ácido láctico desde la década de 1960”, dijo DeGennaro a AFP.
Los hallazgos podrían ofrecer una hoja de ruta para una nueva generación de adherentes que atraigan a los especímenes adultos hacia trampas para controlar la población, así como de repelentes avanzados que hagan que las personas sean invisibles para los mosquitos, aunque eso aún podría estar muy lejos.
“Tomará años, pero estamos definitivamente un paso más cerca”, dijo DeGennaro.