Reino Unido aseguró en cambio que Irán había incautado dos barcos en el Golfo. El ministro de Relaciones Exteriores británico, Jeremy Hunt, dijo estar “profundamente preocupado” por estos incidentes, que calificó de “inaceptables”.
Se trata de un barco británico y de otro “con bandera liberiana”, precisó Hunt. Irán por su parte solo habló de un buque.
El propietario británico de este segundo petrolero, el “Mesdar”, con bandera liberiana, anunció que el buque había sido liberado, después de haber sido abordado temporalmente por personal armado.
Estados Unidos denunció una “escalada de violencia” en este estrecho, por el que transita un tercio del petróleo mundial enviado por vía marítima, y Arabia Saudita anunció que, por primera vez desde 2003, las fuerzas estadounidenses tomarán posiciones en su territorio.
El rey Salmán […] aprobó alojar fuerzas estadounidenses con el fin de aumentar el nivel mutuo de cooperación para preservar la seguridad de la región y su estabilidad, y garantizar la paz”, indicó un portavoz del ministerio de Defensa saudita, citado por la agencia estatal SPA.
Esto “tendrá un efecto disuasorio suplementario y reforzará nuestra capacidad para defender a nuestras tropas y nuestros intereses en la región frente a amenazas emergentes y creíbles”, explicó en un comunicado el Mando Central de los Estados Unidos, que indicó también que hay “patrullas” vigilando desde el espacio aéreo la situación en el estrecho de Ormuz.
Las tensiones entre Irán y Estados Unidos volvieron a emerger con fuerza en 2018, cuando Trump se retiró del acuerdo internacional para controlar el programa nuclear iraní, considerándolo demasiado benevolente con Teherán, y reimpuso sanciones.
Washington ha reforzado su presencia militar en el Golfo, tras acusar a Irán de estar detrás de actos de sabotaje contra cuatro buques-cisterna cerca del estrecho de Ormuz en mayo pasado, y de dos ataques de origen desconocido a mediados de junio contra dos petroleros –uno japonés y otro noruego– frente a las costas iraníes en el golfo de Omán. Teherán niega estas acusaciones.
“Lo que está pasando esta semana en Irán no tiene nada de sorprendente”, tuiteó este viernes Suzanne Maloney, del centro de reflexión Brookings. “Así es justo como negocia Irán: el encanto empalagoso de [el canciller Mohamad Javad] Zarif y un puñetazo en la cara de los Guardianes de la Revolución. Son las dos caras de una misma moneda”, consideró.