Por orden del juez de primera instancia Marcelo Bretas, quien en sus días de gloria llegó a tener la primera fortuna de Brasil.
El exmagnate brasileño Eike Batista, en prisión domiciliaria desde 2017 por una condena de corrupción, fue encarcelado este jueves en Río de Janeiro en el marco de una investigación por manipulación de capitales y lavado de dinero, informaron las autoridades.
Por orden del juez de primera instancia Marcelo Bretas, la policía detuvo a Batista, quien en sus días de gloria llegó a tener la primera fortuna de Brasil, en su domicilio en Jardin Botánico, un exclusivo barrio carioca.
Bretas también ordenó la prisión preventiva del contador de Batista, Luiz Arthur Correia, y el allanamiento en busca de material en los domicilios de otras cuatro personas involucradas en el caso de “manipulación de capitales y lavado de dinero”, añadió la Policia Federal.
Batista, de 62 años, fue condenado en julio de 2018 a 30 años de prisión por corrupción y lavado de dinero, en una derivación de la megaoperación Lava Jato que descubrió que el magnate pagó sobornos de 16,5 millones dólares al exgobernador del estado Rio de Janeiro, Sergio Cabral (2007-2014), para que éste favoreciera a sus empresas con contratos.
Y la detención de este jueves, según la decisión de Bretas, se debe a sospechas de que Eike y Correia usaron empresas fantasma para “manipular el mercado de activos mobiliarios” a fin de generar recursos que terminaron siendo sobornos a Cabral, condenado a más de 100 años de cárcel.
Tras su condena en 2018, Batista esperaba el resultado de los recursos de su defensa en un régimen de recogimiento nocturno y durante los fines de semana en su lujosa casa de Rio.
El exmagnate fue detenido por primera vez en enero de 2017 al llegar al aeropuerto de Rio procedente de Nueva York, pero pasó a prisión domiciliaria en abril.
En mayo pasado, fue multado con 536 millones de reales (unos 134 millones de dólares al cambio de la época) acusado de manipular precios de acciones cuando estaba al frente del consejo de administración de la petrolera OGX, informó la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM).
Batista fue señalado de vender acciones de CVM en 2013 cuando ya sabía que la empresa no podría explotar petróleo en unos campos adquiridos en una subasta en 2007.
El empresario fue un emblema del auge brasileño de comienzos de la década, presidiendo un conglomerado de compañías en los sectores de petróleo, minas, logística y energía, identificadas con la letra X, símbolo que lo hizo distintivo.
Llegó a amasar una fortuna estimada en 10.600 millones de dólares en 2013, según la revista Forbes.