El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello.
Más de dos millones de musulmanes inician este viernes la peregrinación anual a La Meca, en el oeste de Arabia Saudita, cuyas autoridades pidieron no politizar este gran encuentro religioso en el actual contexto de tensiones en el Golfo.
Gestionar el flujo ininterrumpido de peregrinos y garantizar su seguridad durante el llamado hach, una de las mayores concentraciones religiosas del mundo, supone un enorme desafío logístico para el reino árabe.
Para evitar cualquier drama durante la peregrinación –que ya sufrió mortíferas estampidas en el pasado, como en 2015, cuando casi 2.300 personas perdieron la vida– se desplegaron decenas de miles de miembros de las fuerzas sauditas de seguridad.
Unos 2,5 millones de fieles, ya sean extranjeros o residentes en Arabia Saudita, realizarán este año el hach, según la prensa local.
“Todas las instituciones del Estado están movilizadas” y “estamos orgullosos de servir a los ‘huéspedes de Dios'”, declaró a la prensa el portavoz de las fuerzas de seguridad, Basam Atia.
Según un responsable del ministerio del hach, Hatem ben Hasan Qadi, “se concedieron más de 1,8 millones de visas en línea, sin pasar por los consulados”.
El hach es uno de los cinco pilares del islam, que todo musulmán debe cumplir al menos una vez en la vida si tiene los medios para ello.
“Al realizar el hach […], uno se siente purificado y conoce a gente de todo el mundo. Es algo grandioso”, asegura Mohamed Jaafar, un egipcio de 40 años.
– “Sentimiento indescriptible” –
“Es un sentimiento indescriptible. Hay que vivirlo para entenderlo”, murmura una argelina de unos 50 años que realiza el hach por primera vez.
La Meca, situada en un valle desértico y cuyo acceso está prohibido a los no musulmanes, aloja la Kaaba, una estructura cúbica cubierta por una tela negra con bordados dorados en el corazón de la Gran Mezquita y en dirección a la cual los musulmanes rezan cinco veces al día.
El hach es un conjunto de ritos codificados que se desarrollan en la ciudad más sagrada del islam y sus alrededores. Uno de ellos consiste en dar siete vueltas a la Kaaba.
Este viernes, los peregrinos asistieran al rezo semanal en la Gran Mezquita. Después, hombres y mujeres se dirigirán a Mina, cerca de La Meca, ya sea a pie o en los autobuses facilitados por las autoridades.
Mina, un estrecho valle entre montañas rocosas, se transforma en época de hach en un inmenso campo de tiendas blancas en las que se alojan los peregrinos.
Este año, “se instalaron unas 350.000 tiendas climatizadas”, según un responsable saudita.
– Tensiones en el Golfo –
El sábado, los fieles ascenderán el monte Arafat, también conocido como Montaña de la Misericordia, para rezar antes de regresar a Mina para el ritual de la lapidación de Satán.
Este supone el inicio del Eid al Adha o fiesta del sacrificio, que se celebra el domingo. Los fieles deben dirigirse de nuevo a la Gran Mezquita para dar una “vuelta de despedida” a la Kaaba.
El hach se celebra este año en un contexto de tensión en el Golfo, después de que entre mayo y junio se registraran una serie de ataques contra petroleros, el derribo de un dron estadounidense y capturas de buques.
Arabia Saudita y su aliado Estados Unidos responsabilizan a Irán, el gran rival de Riad, de los ataques a las embarcaciones, algo que Teherán rechaza.
Según la agencia iraní Tasnim, este año participarán en el hach unos 88.550 iraníes, a pesar de que Riad y Teherán no mantienen relaciones diplomáticas.
Como cada año, las autoridades sauditas pidieron no politizar la peregrinación.
Arabia Saudita y su vecino Catar rompieron sus relaciones diplomáticas en 2017 y la crisis motivó restricciones a la entrada de cataríes en el reino. Pero Riad afirma que el hach no se verá afectado por esta crisis.
No obstante “muy pocos cataríes llegaron a La Meca para la peregrinación”, dijo el responsable del ministerio saudita del hach, el cual acusó al “régimen catarí de politizar el hach y de poner obstáculos a los peregrinos de Catar”.