El nuevo modelo en la producción de alimentos utiliza ambientes cerrados y alta tecnología, y permite a los productores planificar los cultivos y alterar a su gusto elementos como la luz, humedad, concentración de dióxido de carbono o flujo del aire.
La Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) junto con la Universidad de Panamá (UP), la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Ilca), desarrollan desde el año 2015 el proyecto del Centro de Investigación para la Producción de Agricultura en Ambiente Controlado (Cipac).
Una publicación de Capital Financiero, detalla que esta iniciativa es local, pero de proyección internacional. Universidades de América Latina y de Europa han manifestado su interés en participar en esta institución “que proporcionaría ideas innovadoras para revitalizar al sector agropecuario, elevando significativamente su competitividad, en un contexto que reconoce cada vez más la importancia económica, social y ambiental del agro para el futuro”.
“En un horizonte de tres meses estará concluido el estudio de factibilidad, que estimará costos, metodología y ubicación. En 2021 ya debe estar en funcionamiento”, detalla la publicación.
Con respecto al personal capacitado, desde hace cuatro años, estudiantes y profesores de la UP y de la UTP se forman en la Universidad de Chiba en Japón en las técnicas de la agricultura en ambientes controlados.
En el caso de Panamá, el Cipac sería “el motor de la agricultura bajo condiciones controladas y supondría usar la revolución 4.0”, con el acompañamiento del Estado y con impacto en pequeños, medianos y grandes productores.
Este método de producción permite minimizar el impacto ambiental, ya que no se usan fertilizantes químicos ni pesticidas, y garantizar la seguridad alimentaria de la población, que en 2050 alcanzará los 10.000 millones de personas, según las estimaciones de Naciones Unidas.