El anuncio de la quiebra de la empresa desató numerosos interrogantes sobre su gestión en los últimos años.
El organismo británico que regula las auditorías anunció el martes la apertura de una investigación sobre las cuentas del turoperador Thomas Cook, una semana después de su estrepitosa quiebra, ocurrida tras muchos meses de graves dificultades financieras.
El Financial Reporting Council (FRC) informó en un breve comunicado que su investigación se centrará en la auditoría realizada por el gabinete EY sobre las diferentes publicaciones financieras del grupo publicadas durante el ejercicio 2017-2018.
Al término de estas pesquisas, el FRC podría imponer una sanción o llevar el caso ante la justicia.
La quiebra de Thomas Cook ya es objeto de dos investigaciones, una por parte del liquidador público a petición del ministro de Empresas y la otra lanzada por la comisión parlamentaria sobre asuntos económicos que interrogará a los exdirectivos y auditores.
La repentina quiebra de Thomas Cook el 23 de septiembre de madrugada desató numerosos interrogantes sobre su gestión en los últimos años, en que el grupo multiplicó las advertencias sobre resultados y vio desplomarse sus acciones en la bolsa.
En el momento de su quiebra, la tesorería de Thomas Cook presentaba un importante agujero, lo que llevó a sus acreedores a pedir una financiación adicional de 200 millones de libras (250 millones de dólares, 227 millones de euros) para garantizar su supervivencia y la aplicación de un plan de restructuración por el grupo chino Fosun por valor de 900 millones de libras.