A los miembros republicanos del Senado de Estados Unidos:
Siempre nos han dicho que creen en la grandeza distintiva de Estados Unidos de América. Como ha dicho el senador Marco Rubio: “Estados Unidos es diferente”. A Ben Sasse le gusta decir que: “Estados Unidos es una idea”, un compromiso con la dignidad universal por encima de la fuerza bruta.
También nos han dicho que se dedicaron a la política para servir a un propósito más elevado. Pues bien, ha llegado el momento de demostrarlo.
El presidente de Estados Unidos está traicionando, de la manera más fundamental, el juramento que hizo cuando aceptó su cargo al usar la presidencia para obtener beneficios personales a costa del país. Ha corrompido nuestra política exterior con sucios intentos para ayudarse a sí mismo, a un grado tal que hasta el propio personal de la Casa Blanca reconoce que resulta inapropiado. El presidente le está diciendo al mundo que Estados Unidos, de hecho, no se destaca por ningún ideal superior. ¿Pueden imaginarse por un momento a los iconos de su partido, como Ronald Reagan o Dwight Eisenhower, poniendo en riesgo la seguridad de un país amenazado por Rusia, en aras de mancillar a un rival político?
El presidente Donald Trump debe irse, y ustedes, solo ustedes, tienen el poder de lograr que suceda.
Pueden comenzar a distanciarse de él lentamente, si eso hace que puedan conservar a sus bases políticas. Un par de ustedes —como Pat Toomey de Pensilvania, que dijo que el comportamiento de Trump era “inapropiado”, y Mitt Romney de Utah, quien utilizó la palabra “preocupante”— han comenzado a hacerlo. Sin embargo, más de ustedes deben comenzar a tomar ese camino por el bien del país y, en última instancia, por el de ustedes mismos.
Durante el escándalo de Watergate, George H. W. Bush y otros líderes republicanos también defendieron a Nixon al principio. Pero no lo hicieron para siempre. No querían que sus legados y carreras se desplomaran junto con la de él.
Y la cuestión es que tienen una muy buena alternativa. En lo personal, no comparto la cosmovisión de Mike Pence, pero ustedes sí. Él es un cristiano evangélico profundamente conservador que está en contra de la regulación y los impuestos. A su favor se puede decir que nunca le ha pagado dinero por su silencio a una estrella porno ni ha hecho grandes donaciones de campaña a los demócratas de Nueva York. Ah, y Pence tiene un índice de desaprobación más bajo que Trump.
Sucede que la noción de que Estados Unidos es diferente —una “luz para las naciones” y “la ciudad brillante sobre una colina”, según las palabras de Reagan que tan a menudo citan— es verdad. Tal vez algunos liberales no lo crean. Ciertamente, Trump no lo cree porque dijo que nuestro país era “un cuchitril”. Pero están en lo correcto cuando dicen que Estados Unidos representa algo. Ahora pueden demostrarle al mundo que creen en eso.
Teniendo esto en mente, tengo un par de preguntas específicas que, con todo respeto, quiero hacerles a varios de ustedes:
Senador Rubio, usted ha dicho: “Cuando Estados Unidos falla al liderar, el caos global es inevitable”. Usted ha criticado a los políticos que “complacen a nuestros enemigos”, “traicionan a nuestros aliados” y son “pasivos frente a” la agresión rusa. Usted dijo todas estas cosas antes de que Trump asumiera el cargo. ¿Cuál de esas frases no aplican en el caso del presidente?
Senador Sasse, usted ha dicho que es la voz de la conciencia conservadora y le ha implorado a la gente que tome decisiones difíciles con principios, en vez de optar por otras más convenientes que sirvan a sus propios intereses. Usted ha escrito un libro en el que argumenta que los estadounidenses de hoy necesitan crecer.
“A lo largo de nuestra historia, nuestros hombres de Estado más sabios han advertido que el mayor riesgo de Estados Unidos nunca ha sido un ataque desde el exterior, sino pudrirse desde adentro”, escribió. “Esta nación excepcional no puede mantenerse por mera inercia”. Senador Sasse: ¿usted cree que defender a Trump es lo que debe hacer según lo que dictan sus principios?
Senadora Joni Ernst, cuando estudiaba en la Universidad Estatal de Iowa a finales de la década de los ochenta, usted viajó a la Unión Soviética, a Ucrania, para ser más específicos, a fin de participar en un programa de intercambio agrícola. El sufrimiento que presenció allí la hizo entender cuánto amaba a Estados Unidos y la inspiró a unirse al Ejército. ¿Cómo se siente de que haya un presidente que está dispuesto a socavar al Ejército de Ucrania, que ahora está luchando una guerra de poder en contra de su antiguo amo, Rusia, por razones puramente egoístas?
Senador Josh Hawley, en su primer discurso ante el Senado este año, usted dijo: “Prometo a mis compatriotas de Misuri que voy a trabajar en esta tarea con toda la fuerza que Dios me puede dar. Y voy a servir sin temor ni favoritismo a ningún hombre“. Senador, ¿le tiene miedo al presidente?
Senadora Susan Collins, usted representa al estado de Maine. Toda la evidencia disponible sugiere que sus electores están indignados por el patrón de comportamiento de Trump y quieren a un presidente que no sea manifiestamente incompetente para el cargo. Senadora, ¿usted trabaja para el pueblo de Maine? ¿O para Donald Trump?
Senador Cory Gardner —y, lo siento, esto va a sonarle familiar— usted representa al estado de Colorado. Toda la evidencia disponible sugiere que sus electores están indignados por el patrón de comportamiento de Trump y quieren a un presidente que no sea manifiestamente incompetente para el cargo. Senador, ¿usted trabaja para el pueblo de Colorado? ¿O para Donald Trump?
Senador Lamar Alexander, su héroe y mentor es el fallecido Howard Baker, quien ocupó el mismo escaño de Tennessee que usted ocupa ahora. En las primeras etapas de Watergate, Baker estaba con Nixon e incluso, en privado, le prometió protegerlo. Pero Baker tenía sus límites y, al final, se enfrentó al presidente cuando otros republicanos tenían miedo de hacerlo. En su elogio a Baker, de 2014, enumeró con elocuencia sus fortalezas, entre las que destacó: “Demostró valentía”.
Senador Alexander, usted se jubilará pronto y con ello finalizará una distinguida carrera en la que ha servido como gobernador, miembro del Gabinete y ahora senador. ¿Honrará a su mentor mostrando el mismo valor que él tuvo?
Senadores, sé que muchos de ustedes se sienten impotentes, que les indigna este presidente y, a pesar de ello, temen que cualquier crítica que dirijan hacia él acabe con sus carreras. No obstante, cuenta con menos apoyo de lo que parece, y ustedes tienen más poder del que creen. Si un puñado de ustedes comenzara a manifestarse, transformaría de inmediato esta situación y se iniciaría el final de nuestra larga pesadilla nacional.
Estados Unidos es mejor que esto, ¿no creen?