Chile, Argelia, Líbano, Hong Kong: el mundo al rojo vivo

Chile, Argelia, Líbano, Hong Kong: el mundo al rojo vivo
Manifestantes incendiaron desde autos hasta el Metro de Chile durante protestas. Foto: AFP.

Alza de precios en el pasaje, corrupción y manifestaciones prodemocracia son algunas de las razones que enfrentan a civiles y autoridades de una manera muy violenta.

Chile, Barcelona, Ecuador, Argelia, Líbano, Hong Kong. Los conflictos sociales se multiplican desde hace unos meses en todo el mundo, y aunque los modos de acción difieren, comparten bases comunes, como la desigualdad económica y la contestación política.

– Pobreza y desigualdad –

Alza del precio de la tarifa del metro en Chile, eliminación de los subsidios a la gasolina en Ecuador, un impuesto sobre las llamadas por WhatsAap en Líbano.

La chispa que enciende la ira popular puede parecer irrisoria, pero revela un malestar más profundo: la brecha cada vez más grande entre ricos y pobres.

En 2018, 26 multimillonarios concentraban tanta riqueza como la mitad de la población mundial, según la oenegé Oxfam.

“En todas partes se denuncian las crecientes desigualdades”, señala Thierry de Montbrial, presidente del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

“Esto está vinculado a la globalización, a las revoluciones tecnológicas y a los cambios en las sociedades que provoca. La desaparición de las clases medias es un fenómeno mundial”, añade.

“Lo que ocurre no es porque hayan subido el metro por 30 pesos. Viene ocurriendo desde hace 30 años”, dijo a la AFP un manifestante chileno, quien citó entre los problemas del país las jubilaciones, las “listas de espera en hospitales”, “el costo de los remedios” y “los bajos sueldos”.

– Contestación política –

En este contexto, la corrupción de ciertas élites se vuelve insoportable para el pueblo, como en Líbano donde miles de personas salen a las calles desde el 17 de octubre para protestar contra la clase política, acusada de ser corrupta.

En Beirut, Zalfa Abukais, de 27 años, manifiesta contra “los sinvergüenzas que están en el poder desde hace 30 años”, es decir desde finales de la guerra civil en 1990. Son todos “ladrones”, dice.

“Hay una revolución social, con una demanda creciente de democracia participativa”, explica a la AFP Thierry de Montbrial.

Argelia, por ejemplo, es escenario desde el 22 de febrero de un inédito movimiento de protesta, el “Hirak”, que reclama el desmantelamiento del “sistema” en el poder desde la independencia del país, en 1962.

Estas demandas son aún más fuertes entre los jóvenes, muy a menudo en primera fila en las manifestaciones, como en Hong Kong, donde son ellos los que protagonizan desde hace cuatro meses las manifestaciones prodemocracia.

– Redes sociales –

La mayoría de estos movimientos nacieron en las redes sociales de internet, que se han convertido en vectores cruciales de la movilización social, sobre todo desde la Primavera Árabe (diciembre de 2010) y el movimiento de ocupación “Occupy Wall street” (septiembre de 2011).

Estas “acciones conectadas” son distintas de las formas tradicionales de movilización, por iniciativa de un partido, de un sindicato o de una asociación, resume Arnaud Mercier, profesor de comunicación de la Universidad de París-II Panthéomanifestaciones prodemocracian-Assas.

“Las redes sociales permiten a personas que no se conocen movilizarse por una causa determinada. Permiten hacer circular la información, convocar mítines y dar instrucciones si es necesario”, agrega.

– Nuevas tácticas –

Durante los cien días de  en Hong Kong, los activistas desplegaron un abanico de ingeniosos métodos para impulsar su movimiento más allá de las barricadas, desde espectáculos con punteros láser hasta cadenas humanas.

Los manifestantes también encontraron formas creativas de celebrar concentraciones prohibidas, fingiendo estar mirando escaparates, haciendo picnics o reuniéndose para encuentros religiosos.

El lema “be water” (“sé agua”), un principio de imprevisibilidad al que se adhería la leyenda del luchador de kung-fu Bruce Lee (9, anima también a los manifestantes a moverse constantemente para evitar los arrestos masivos.

La etiqueta #BeWater, difundida en Twitter, viajó hasta Barcelona, en donde los manifestantes aplicaron la misma táctica al invadir el aeropuerto de la ciudad, el segundo más importante de España, provocando la cancelación de 150 vuelos y generando altercados que se saldaron con 115 personas que requirieron atención médica.

Para los expertos en movimientos sociales, los manifestantes han aprendido del fracaso de las protestas estáticas como “Occupy Wall Street” en Nueva York en 2011, más fáciles de controlar por la policía.

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