Entre los países con línea de crisis están: Colombia, con 1,4 millones de migrantes venezolanos, Perú (860.000) y Ecuador (330.000).
La comunidad internacional debate este lunes cómo ayudar a los países de América Latina a afrontar la llegada de cientos de miles de migrantes venezolanos y apoyar a su vez a las comunidades de acogida, para evitar brotes de xenofobia.
A partir de las 14H00 (13H00 GMT) darán comienzo los dos días de Conferencia Internacional de Solidaridad sobre la crisis de los refugiados y los emigrantes venezolanos, auspiciada por la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas.
El objetivo es participar en la respuesta de los gobiernos latinoamericanos que albergan el 80% de los 4,5 millones de venezolanos que huyeron de su país en el desplazamiento “más grande en la historia reciente de América Latina”, para la ONU.
Horas antes del encuentro, la oenegé Oxfam llamó a no olvidar a las comunidades de acogida, tras alertar en un informe de la aparición de señales que podrían alentar “sentimientos xenófobos” en Colombia, Perú y Ecuador.
“Las narrativas antimigratorias están comenzando a enmarcar su discurso sobre la base de miedos ya conocidos”, al asociarse la migración con la “inseguridad” o “el colapso de los servicios sociales”, alerta Oxfam.
Colombia, con 1,4 millones de migrantes venezolanos, Perú (860.000) y Ecuador (330.000) se encuentran de hecho entre los países en primera línea de esta crisis, junto a Chile (371.000) y Brasil (212.000), según la ONU.
“La inversión en las comunidades es clave para tener un antídoto contra el resentimiento local que pueda surgir”, según un responsable de la ONU, que llamó a estar atentos la “evolución política en Venezuela y en toda la región”.
América Latina, que vio salir a millones de personas hacia Estados Unidos o Europa a fines del siglo XX, está bajo la presión de atender a los venezolanos que en un importante número están migrando por tierra, mar y aire.
Y, todo ello, en un contexto de estancamiento político en Venezuela, que enfrenta la peor crisis política, económica y social de su historia reciente y que aleja las posibilidades de un regreso de los migrantes a su país.
– Millonaria ayuda –
Aunque el evento, que inicia este lunes con un primera parte más técnica con la intervención del enviado especial de la ONU Eduardo Stein, no es una conferencia de donantes, no se descarta que algunos países pongan cifras a su ayuda.
El canciller español, Josep Borrell, que el 1 de diciembre se convertirá en el próximo jefe de la diplomacia europea, ya anunció que su país aportará 50 millones de euros en tres años para paliar los efectos de la crisis de migrantes.
En diciembre, Naciones Unidas pidió 738 millones de dólares para ayudar a los venezolanos y a sus países de acogida, un monto que este año, según el responsable de la ONU, debería duplicarse por la continúa marcha de venezolanos, que podrían llegar a los 5,3 millones.
Los organizadores esperan, al término de la reunión en la que se abordarán las necesidades de cada país, el eventual anuncio de una conferencia de donantes próximamente, según fuentes comunitarias.
La sesión política del encuentro comenzará a las 18H00 y se extenderá hasta el martes a mediodía y, en ella, los representantes de América Latina, entre ellos los cancilleres de Colombia, Perú y Ecuador, tendrán el protagonismo.
Ni el gobierno de Nicolás Maduro ni la oposición liderada por Juan Guaidó fueron invitados a la conferencia.