Con este proyecto, la India intentaba convertirse en el cuarto país, después de Estados Unidos, Rusia y China, en posar con éxito una sonda en el satélite terrestre, y el primero en lograr hacerlo en uno de los polos lunares.
El centro Goddard de la agencia espacial estadounidense publicó imágenes que el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) tomó en octubre y noviembre de un sitio en el que se distinguen marcas del impacto y restos dispersos del malogrado dispositivo.
Es difícil distinguir los rastros con el ojo desnudo, pero el análisis de la Nasa encontró en esos píxeles una veintena de partes y varios lugares donde se detectan perturbaciones sobre el suelo lunar.
Un pasaje anterior del LRO por este mismo lugar había producido una serie de imágenes pero en esa oportunidad la luz no era buena y la Nasa no había encontrado allí ningún rastro de Vikram.
India lanzó la misión Chandrayaan-2 el 22 de julio. La nave espacial principal, que permanece en órbita alrededor de la Luna, se desprendió del módulo de alunizaje Vikram unos días antes de lo previsto.
Cuando Vikram se hallaba a una altitud de 2 km, sobre el final de su descenso, se perdió el contacto.
El 10 de septiembre, la Agencia Espacial India (ISRO) anunció que Vikram había sido “localizado” por el orbitador Chandrayaan-2, pero sin comunicación, y que estaba tratando de restablecer el contacto.