En Nasiriya, gran ciudad del sur que fue también escenario de una matanza hace diez días, los manifestantes se congregaron en una plaza de la ciudad y a ellos se sumaron delegaciones de las influyentes tribus.
Miles de iraquíes se congregaron el domingo en Bagdad y en el sur del país pese a las violencias que han causado más de 450 muertos en dos meses, con un claro mensaje: “Quieren asustarnos por todos los medios, pero seguimos aquí”, según expresó una manifestante.
En la emblemática plaza Tahrir de Bagdad, epicentro de las protestas que exigen una nueva clase dirigente en Irak, la muchedumbre era inmensa.
Cerca de esta plaza 20 manifestantes y cuatro policías resultaron muertos el viernes durante un ataque llevado a cabo por hombres armados –aún no identificados, según las autoridades– en un estacionamiento de varios pisos ocupado por los manifestantes.
“Quieren asustarnos por todos los medios, pero seguimos aquí, en la plaza Tahrir, y cada vez somos más” asegura a la AFP Aicha, una manifestante de 23 años.
En Nasiriya, gran ciudad del sur que fue también escenario de una matanza hace diez días, los manifestantes se congregaron en una plaza de la ciudad y a ellos se sumaron delegaciones de las influyentes tribus.
En varias ciudades del sur agrícola iraquí, las autoridades locales han declarado el domingo, primer día de la semana en Irak, día libre para los funcionarios mientras prosiguen los piquetes de huelga y otros bloqueos.
Desde el lanzamiento el 1 de octubre del primer movimiento de protesta espontáneo en el país desde hace décadas, los manifestantes reclaman una nueva Constitución y una nueva clase política. La actual dirigencia en el poder, inmutable desde hace 16 años, ha hecho desaparecer con la corrupción el equivalente al doble el PIB de este país rico en petróleo.En total, unas 450 personas han fallecido violentamente desde el inicio de las protestas, y unas 20.000 resultaron heridas, según un balance recopilado por la AFP basándose en fuentes médicas y de los servicios de seguridad.