El intercambio, el primero de este tipo desde 2017, comenzó sobre mediodía en las inmediaciones del puesto de control de Maiorske.
Las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos del este de Ucrania comenzaron este domingo un canje de decenas de prisioneros, una operación que representa una desescalada en el único conflicto armado activo de Europa.
El intercambio, el primero de este tipo desde 2017, comenzó sobre mediodía en las inmediaciones del puesto de control de Maiorske, en la parte controlada por Kiev de la región de Donetsk, cerca de la línea de frente.
A las 14H00 (12H00 GMT) la operación seguía en curso, debido a verificaciones de identidad de los prisioneros.
Varios autocares, algunos de ellos escoltados por la policía, llegaron al lugar acordonado por militares ucranianos armados. La misma situación se produjo del lado de los separatistas prorrusos de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Ambulancias, la Cruz Roja y observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) también estaban presentes.
Los primeros prisioneros comenzaron a descender de un autobús, con aspecto cansado. La mayoría son hombres que llevaban grandes mochilas con sus enseres, pero también habían algunas mujeres.
“Estoy contenta, ¡es el día que esperábamos desde hace mucho tiempo!”, exclamó Viktoria, una ucraniana de 24 años, que precisó que había pasado tres años detenida. Los separatistas la había condenado a 12 años de cárcel por “alta traición”, señaló.
“Aún me cuesta creerlo”, declaró su compañero de detención Volodimir Danilchenko, de 36 años.
– Indignación en Ucrania –
Una de las mujeres liberadas por los separatistas vestía un jersey blanco con el escudo nacional y las frase “Mi Estado es Ucrania”.
Se desconocía por el momento el número exacto de las personas intercambiadas.
Según las autoridades de la autoproclamada república de Donetsk, indicaron que unas veinte personas, de las 87 que reclamaban los separatistas prorrusos, rechazaron ser entregadas. Kiev, por su parte, debía entregar a 55 personas.
La mediadora del gobierno ucraniano, Liudmila Denisova, indicó por su parte por la mañana que Kiev esperaba recibir a 80 ucranianos.
A mediodía, la presidencia ucraniana confirmó que había recibido a las 25 primeras personas, y los separatistas de la región de Lugansk a 63.
Según la prensa ucraniana, las fuerzas prorrusas deberían liberar principalmente a militares, así como a activistas o periodistas.
Kiev, por su parte, podría canjear, además de a combatientes detenidos durante el conflicto, a tres hombres condenados por haber cometido un mortífero atentado en Kharkiv en febrero de 2015, así como a expolicías antidisturbios detenidos por su supuesta implicación en la sangrienta represión de las manifestaciones de la plaza Maidán de 2014.
Este levantamiento, que causó un centenar de muertos, tuvo lugar antes del inicio de la guerra en el este de Ucrania.
La liberación de estas personas provocó indignación en Ucrania.
“Este país no tiene futuro”, escribió en Facebook Volodimir Golodniuk, cuyo hijo de 19 años murió en el levantamiento.
“Esta decisión nos aleja de lo esencial, de la justicia”, manifestó en Facebook el cineasta Oleg Sentsov, prisionero liberado por Moscú recientemente.
– Distensión con Moscú –
Este intercambio se había preparado a principios de mes, durante el encuentro celebrado en París entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el ucraniano Zelenski. Era la primera vez que ambos se veían cara a cara.
Desde la elección en abril del nuevo jefe de Estado ucraniano, un exactor, se ha producido cierta distensión con el Kremlin.
En septiembre, Kiev y Moscú ya intercambiaron 70 detenidos, entre ellos el cineasta ucraniano Oleg Sentsov.
Igualmente, los dos bandos retrocedieron en tres puntos de la línea de frente, y deben producirse otras retiradas de este tipo antes de finales de marzo. Moscú también devolvió a Kiev navíos de guerra aprehendidos por Rusia.
La guerra en el este de Ucrania, último conflicto armado activo en Europa, causó más de 13.000 muertos desde que estallara en 2014, unas semanas después de que Rusia se anexionara la península de Crimea.
Poco antes se había producido el levantamiento proeuropeo de la plaza de Maidán en Kiev, que precipitó la marcha del presidente prorruso Viktor Yanukovish.
Occidente y Ucrania acusan Moscú de apoyar militarmente a los separatistas, aunque Rusia lo desmiente.