Oprah, Apple y la decisión de abandonar un documental sobre el movimiento #MeToo

Oprah, Apple y la decisión de abandonar un documental sobre el movimiento #MeToo
Drew Dixon Williams, un ex empleado de Russell Simmons que está en el centro de un documental sobre mujeres que han acusado al magnate del hip-hop de conducta sexual inapropiada, el 7 de diciembre de 2017. Oprah Winfrey se retiró como productora ejecutiva del documental y reconoció Simmons la empujó a abandonar el proyecto, pero dijo que sus propias preocupaciones la llevaron a obtener apoyo (Emily Andrews / The New York Times).

Durante meses, los cineastas Kirby Dick y Amy Ziering tuvieron como socios a una pareja soñada: Oprah Winfrey y Apple, quienes se comprometieron a respaldar su documental sobre las mujeres que acusaron a Russell Simmons, el magnate del hip-hop, de conducta sexual inapropiada.

Estaba planeado que se estrenara en el Festival de Cine de Sundance y en la nueva plataforma de emisión en continuo de Apple, por lo que la película parecía estar destinada a ser el próximo momento mediático de alto perfil en la era del #MeToo.

Sin embargo, el futuro de la película fue puesto en duda la semana pasada cuando, de manera abrupta, Winfrey se retiró del proyecto como productora ejecutiva y lo sacó de la plataforma de Apple, citando diferencias creativas con los directores y sugiriendo que el filme iba a lanzarse en Sundance de manera precipitada, “en mi opinión, antes de estar terminado”, según dijo.

Pero lo que precedió al anuncio de Winfrey fue más que una mera disputa sobre el cine. Involucró una intensa campaña de Simmons y sus seguidores para lograr que ella se separara del proyecto. En las redes sociales, esa campaña también estuvo dirigida hacia algunas de las mujeres que aparecen en la película y, en al menos un caso, hizo contacto directo con un miembro de su familia. Muchas mujeres vieron eso como un intento de amenazarlas e intimidarlas antes del estreno de la película en Sundance, que todavía está programado para el 25 de enero.

Winfrey reconoció ante The New York Times que Simmons intentó convencerla de que abandonara el proyecto. “Se comunicó conmigo varias veces y trató de presionarme”, dijo.

También afirmó que Simmons le comentó que Drew Dixon, la mujer en la que se centra la cinta, mentía sobre sus interacciones. Además, Winfrey asegura que recibió llamadas telefónicas de otras personas, a quienes no quiso identificar, que también cuestionaban la credibilidad de Dixon.

La célebre conductora dijo que todavía creía en Dixon, pero también piensa que existen inconsistencias en su relato que la película no abordó de manera adecuada, además de otros problemas que tenía con la producción. (Los cineastas dicen que tienen vastos archivos de investigación que corroboran todas las historias de las mujeres).

Winfrey dijo que esas fueron las razones, y no las protestas de Simmons, que la llevaron a retirar su apoyo.

Según personas que estuvieron involucradas en conversaciones sobre la película, era evidente que Winfrey no estaba segura de lo que debía hacer. Era consciente del mensaje que podría enviar al deslindarse del filme, dada su reputación como una de las voces con mayor autoridad moral de Estados Unidos. Además, a lo largo de los años, ha hablado abiertamente de su experiencia como sobreviviente de abuso sexual.

Dixon, quien acusó a Simmons de haberla violado cuando era una joven ejecutiva en su sello discográfico, Def Jam, en 1995, dijo que se sintió abandonada.

“Siento que estoy experimentando un segundo delito”, dijo Dixon. “Me están silenciando. La comunidad en general está siendo intimidada. La mujer negra más poderosa del mundo está siendo intimidada”.

Thomasina Perkins-Washington, representante de Simmons, dijo en un comunicado dirigido a The Times que su cliente no hizo nada injustificado al tratar de contrarrestar la película. Simmons ha negado todas las acusaciones de sexo no consensuado y no ha sido acusado de ningún delito.

Hasta que Winfrey se retiró, la disputa sobre la película había enfrentado a dos titanes de los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. Simmons ayudó a establecer el gran negocio del hip-hop y, en una época temprana de su carrera, se diversificó hacia el cine y la moda. Ambos tuvieron una relación de décadas antes de separarse debido a los señalamientos de más de una docena de mujeres que comenzaron a acusarlo de mala conducta, lo que incluye actos de violación y abuso.

Su enfrentamiento también destacó las fisuras entre los afroestadounidenses sobre el lugar que ocupan en el movimiento #MeToo. Los documentales sobre R. Kelly y Michael Jackson que fueron lanzados el año pasado ofrecieron un segundo análisis de las acusaciones que se habían hecho en contra de ambas figuras y, en el caso de Kelly, los cargos criminales imputados, lo que produjo un debate en Twitter acerca de la posibilidad de que los casos de esos hombres hayan acaparado la atención pública debido a su raza.

Winfrey le envió el documental a una amiga, la cineasta Ava DuVernay, a fin de que la aconsejara. Le pidió que lo mirara centrándose en el nivel de destreza de ambos cineastas, que son blancos, para captar los matices de la cultura del hip-hop y las dificultades de las mujeres negras.

DuVernay, quien dirigió “Selma” y la serie de Netflix “Así nos ven”, sobre la historia de los cinco jóvenes de Central Park que fueron encarcelados injustamente por violación, hizo una dura crítica que luego se vio reflejada en una carta que Winfrey envió a los cineastas para informarles de su decisión.

La protagonista de la película es Dixon, que fue una joven ejecutiva del sello de Simmons, y quien cuenta en un tono desgarrador cómo el magnate del hip-hop la violó de manera violenta, después de que una noche la invitó a su departamento con la excusa de escuchar un CD.

En 2017, Dixon le contó por primera vez su historia a The Times y la película, que la sigue durante más de dos años, relata el conflicto que le causó decidir si debía contar su experiencia de manera pública al periódico. Algunas escenas captan fragmentos de sus llamadas telefónicas con reporteros de The Times durante ese período.

Según los cineastas, ambos equipos trabajaron estrechamente en la producción, compartieron notas y vieron cada versión de la película. En octubre, con la aprobación de Winfrey, Apple inscribió el filme para que se incluyera en la programación del Festival de Cine de Sundance, el evento más importante del cine independiente en Estados Unidos.

Un mes después, los ejecutivos de Harpo respondieron a la edición final de la película con un correo electrónico que, en parte, decía: “Nos encantó ver el último corte, es increíble”.

Después de enterarse de que la película había sido aceptada en Sundance, Apple y Harpo promocionaron su colaboración con un comunicado de prensa conjunto el 3 de diciembre y calificaron la película como “un examen profundo de la raza, el género, la clase y la interseccionalidad, y los ataques contra las víctimas y la sociedad en general”.

Los problemas comenzaron al día siguiente, cuando Sundance anunció oficialmente los filmes seleccionados. Era la primera vez que una mención pública de la película dejaba en claro que Simmons era la protagonista.

Winfrey, quien estaba en Sudáfrica, recibió una llamada de un conocido en quien confiaba y que puso en duda la historia de Dixon. Esas dudas, dijo Winfrey, “me hicieron hacer una pausa”. Más tarde, según la conductora, Simmons la llamó directamente.

Winfrey dijo que, en varias llamadas y mensajes de texto, Simmons parecía “asustado”, y que a menudo ella no respondía.

De inmediato, el equipo de Winfrey solicitó a los cineastas que proporcionaran cronogramas detallados de las acusaciones contra Simmons y la evidencia que los cineastas recabaron para corroborar las acusaciones. Los directores proporcionaron la información al día siguiente.

En cuestión de días, Simmons recurrió a Instagram para montar una defensa pública, y el rapero 50 Cent acusó a Winfrey de “solo afectar a su gente”, alegando que, al apoyar a los acusadores de Simmons y Michael Jackson, le estaba dando la espalda a la comunidad negra.

En un video en línea, Simmons habló sobre cómo desafiar la credibilidad de las mujeres al preguntar “cuántas veces estuvieron en la cárcel, en una institución mental, si han acusado a cinco o más personas, y qué dice su padre”.

Sil Lai Abrams, quien acusó a Simmons de violación en 1994, dijo que de inmediato sintió que cuando hizo referencia a una “institución mental” estaba hablando de ella. Al día siguiente del supuesto ataque, dijo, intentó suicidarse. “Él está usando tácticas muy oscuras para intimidarnos y aterrorizarnos a mí y a las demás”, dijo en una entrevista.

Dixon sintió que se refería a ella cuando mencionó a los padres. Dijo que, hace unas semanas, una vieja conocida llamada Yolanda Caraway se acercó a su padre y le preguntó si ella alguna vez había acusado falsamente a un hombre de conducta sexual inapropiada. La reunión afectó a Dixon, quien dijo que sospechaba que Simmons estaba detrás de ello.

Winfrey dice que les expresó sus inquietudes a los cineastas con un ultimátum.

“Debemos retirarnos de Sundance hasta que podamos darnos la oportunidad de reestructurar esta película”, expresó Winfrey, y les advirtió “o tendré que quitar mi nombre”.

Los cineastas le aseguraron que podían solucionar los problemas que planteó, por lo que continuó en el proyecto.

“Por nuestra experiencia trabajando en el campo del abuso sexual sabemos que cambiar cualquier plan de distribución, luego de que ya se hizo un anuncio no es una buena idea”, dijo Ziering. “Si dijéramos que no vamos a Sundance, la gente pensaría que hay un problema con la credibilidad de las mujeres que aparecen en la película”.

El 18 de diciembre, el día después de que DuVernay vio el filme, Harpo les mandó a los cineastas un nuevo conjunto de comentarios.

Según personas familiarizadas con el asunto, los dos cineastas atendieron las preocupaciones de Winfrey realizando entrevistas adicionales con expertos para contextualizar el tema de la misoginia en el hip-hop. También incluyeron un montaje de tres minutos que presentaba a otras cinco acusadoras de Simmons con una técnica que conectaba las palabras de las historias de cada mujer. El efecto deja a los espectadores con la sensación de que Simmons es un depredador serial que usó comportamientos específicos y repetitivos para atraer a las mujeres.

El 8 de enero, el equipo le entregó a Harpo la nueva versión de la película. Dos días después, Winfrey envió a los cineastas una carta explicando su insatisfacción y diciéndoles que se retiraba. En un fragmento, la carta dice: “Creo que es un perjuicio para las mujeres y para esta película reducir sus revelaciones desgarradoras a un montaje de fragmentos de sonido y no darles la estatura necesaria para elevar sus historias”.

Drew Dixon Williams, exempleada de Russell Simmons que protagoniza un documental sobre mujeres que han acusado al magnate del hip-hop de conducta sexual inapropiada, el 7 de diciembre de 2017. (Emily Andrews / The New York Times)

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