El carnaval, creado en Venecia en 1162, un día después de una victoria militar, cayó en el olvido durante décadas antes de que el ayuntamiento le diera un nuevo impulso en 1980.
Hubo un tiempo en que los cantos de amor de los gondoleros de Venecia y las barcarolas inspiraban a los artistas de toda Europa. Este año, la ciudad de los dogos, ya recuperada tras las inundaciones de noviembre, eligió el amor como hilo conductor para el pistoletazo de salida de su Carnaval.
El sábado por la noche, una densa multitud de turistas invadió los muelles del canal de Cannaregio para presenciar un desfile y un espectáculo de acrobacias, preludio del Carnaval. El domingo, la fiesta veneciana continúa con otro desfile acuático.
Este año, “el amor” fue el gran protagonista del espectáculo inaugural, acompasado por una música en inglés un tanto distinta a las barcarolas que, en el pasado, tanto inspiraron a Franz Listzt o Wagner. Durante una noche de insomnio en el Gran Canal de Venecia, el “himno de los gondoleros de Venecia”, descrito como un “rudo lamento”, se propagó por la laguna.
El sábado por la noche, dos enamorados se abrazaron en el aire, dando vueltas bajo una nube de globos rosados.
Una mujer misteriosa, prisionera en una burbuja de cristal, se deslizó por el agua. En otras embarcaciones, un coloso enmascarado hacía malabares con un aro de fuego, y una mujer, encaramada a un caballo, daba vueltas a su sombrilla de fuego.
El carnaval, creado en Venecia en 1162, un día después de una victoria militar, cayó en el olvido durante décadas antes de que el ayuntamiento le diera un nuevo impulso en 1980.
“Gracias a todos los que quieren ayudarnos, a todos los que nos aman, del amor es de lo que uno siempre aprende después de las grandes tragedias”, declaró el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, antes del espectáculo. “¡Y ahora declaramos oficialmente abierto el Carnaval 2020 de Venecia!”.
En noviembre, una serie inédita de mareas altas (“acqua alta”) inundó viviendas y museos, y dañó unas cincuenta iglesias de esta joya del patrimonio mundial.
Pero, cerca de tres meses después, Mar, un turista de Nueva Zelanda, considera que la ciudad “se ha recuperado bien”. Buscó en vano marcas de hasta dónde había llegado el agua. “No hemos visto nada, Venecia se ha restablecido claramente de manera fantástica, es una ciudad increíble”.
Para quienes descubren la ciudad por primera vez, como la rusa Yuliana, ataviada con una máscara, el Carnaval será la guinda del pastel. “¡Voy a aprovechar!”, comentó.
Sin embargo, Michaela, veneciana, expresó su preocupación por los límites a la circulación impuestos por las medidas de precaución dictadas por la epidemia del nuevo coronavirus. “Venecia ha sufrido tanto a causa del ‘acqua alta’, y ahora el virus… ¡de verdad, no teníamos ninguna necesidad de esto!”, comentó a la AFP.
Dos semanas de festejos inundarán de vida a la capital del Véneto en una época por lo general monótona, con bailes de máscaras y fiestas de disfraces. Cada día, la plaza de San Marcos acoge “concursos del traje más bello”.
Más de tres millones de turistas de todo el mundo visitan Venecia cada año en estas fechas, del total de 30 millones que lo hacen a lo largo de todo el año.