El caso todavía perturba a México, donde la investigación oficial fue manchada por irregularidades.
Un juez mexicano ordenó este jueves prisión para dos exfuncionarios de la extinta Policía Federal (PF) de México y un marino, acusados de torturar a dos sospechosos por la desaparición de 43 estudiantes en 2014, informaron fuentes judiciales.
La Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, dependiente de la fiscalía general mexicana (FGR), obtuvo la resolución judicial tras atribuir a los exagentes Ezequiel Peña, Ariel Castillo e Isidro Junco, actos de tortura contra uno de los implicados en el caso de los estudiantes desaparecidos, dijo a la AFP una fuente federal bajo condición de anonimato.
Los tres imputados habrían actuado bajo el mando de Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y un funcionario clave del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) en la indagatoria por la desaparición de los 43 jóvenes.
La Interpol busca a Zerón después de que la FGR lograra una orden de arresto en su contra por irregularidades en la investigación. Medios locales señalan que el exfuncionario se encuentra en Canadá.
El encarcelamiento de los exfuncionarios se enmarca en una investigación del gobierno contra exservidores públicos y jueces involucrados en la liberación de al menos 53 presuntos implicados en la desaparición de los estudiantes.
El caso Ayotzinapa todavía perturba a México, donde la investigación oficial fue manchada por irregularidades y el gobierno de entonces rechazó renovar el mandato del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), dependiente de la CIDH, que estuvo en el país un año para asegurar una investigación transparente.
El mismo grupo de expertos retomaron su investigación de 2015, en la que descartó la llamada “verdad histórica” del gobierno de Peña Nieto (2012-2018), según la cual los estudiantes fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en un basurero.
La noche del 26 de septiembre de 2014, decenas de estudiantes de una escuela de Ayotzinapa se dirigieron a Iguala, en el estado de Guerrero (sur), para hacerse con autobuses que querían usar en sus manifestaciones.
Pero fueron capturados por policías coludidos con el cártel de drogas Guerreros Unidos, y desde entonces se desconoce el paradero de 43 de ellos.