Vivimos tiempos interesantes. Hace apenas seis meses atrás nadie se hubiese imaginado la cesación de todo tipo de actividad económica, la fijación por el distanciamiento humano y el descenso de toda movilidad social. Está el mundo paralizado con limitado movimiento social y económico.
Todo ocurrió de repente y sorprendió a toda la humanidad. Un agente infeccioso tuvo la capacidad de poner al mundo de rodillas. Algo inimaginable que cambiará la forma de ver a futuro desde la convivencia humana hasta el armamentismo mundial.
Y lo digo porque una guerra asimétrica podría desatarse a través de un virus maligno que diezme a toda un población sin alterar el aparato industrial, productivo o la infraestructura de un Estado. Esa estrategia guerrera del “Shock and Awe “ no necesitará un bombardeo fulminante con drones o cohetes balísticos a distancia. Bastara generar el pánico por la muerte súbita de miles de personas a través de un virus capaz de infectar a la población y someter a los países.
Lo que estamos experimentando hoy en día pondrá a las mentes guerreras a fraguar estrategias de dominio y control a través de este nuevo elemento de pánico y desestabilización mundial. El Corona Virus ha sido lo que en ingles se denomina “game changer”. Es un cambio de paradigma que exigirá cambiar nuestros comportamientos humanos, la acción de los Estados y en alguna forma las libertades individuales. Y quizás también la base financiera tanto estatal como comercial y personal.
Si los seres humanos estructuran sus vidas a priorizar sus necesidades básicas y salvaguardar sus ahorros para enfrentar futuras dislocaciones de la convivencia humana se producirán cambios profundos en la existente sociedad conocida como de consumo o hyperconsumo.
Alguien manifestaba que la crisis de salud ha provocado una cesación de la actividad productiva del país pero no se estaban afectando los activos del país. Es decir, si esto lo catalogan como una guerra no lo es por dos razones fundamentales.
No hay un Estado enemigo invasor y tampoco hay destrucción de lo activos del país. Los efectos serán predominantemente psicológicos pues tampoco tienen las característica de diezmar poblaciones enteras. La ratio de muertos por contagiados es marginal.
Lo que ha causado estragos es la gran preeminencia que los Estados le han dado a la vida humana especialmente la de los adultos mayores por encima del sistema económico capitalista. Es decir hay una sobre dimensión de la vida por encima de la producción económica y eso amerita tomarlo en consideración pues es un cambio de paradigma determinante.