Una veintena de personas resultaron heridas, así como 40 militares, según el ejército.
Manifestantes antigubernamentales libaneses hicieron oír de nuevo su enfado ante la profunda crisis económica, que alimentó un gran movimiento de protesta en otoño, y que continúa agravándose en plena pandemia de covid-19.
Un joven de 26 años murió la noche del lunes, según una organización de socorristas en Trípoli, en el norte, durante enfrentamientos entre el ejército y cientos de manifestantes.
Las escenas de violencia continuaron hasta bien entrada la noche, en la segunda ciudad más importante del país, que quedó envuelta en humo de gas lacrimógeno y donde retumbaban los disparos de advertencia, según un videasta de la AFP.
Una veintena de personas resultaron heridas, así como 40 militares, según el ejército, que anunció que tres bancos fueron incendiados y nueve personas detenidas por lanzar piedras.
Desde hace varios días, Líbano vive un aumento de la tensión y los manifestantes relanzaron su movilización para denunciar, en pleno Ramadán, una inflación galopante y una depreciación sin precedentes de la libra libanesa.
– “Alzar la voz” –
“Bajé [a la calle] para alzar la voz contra el hambre, la pobreza, la inflación y la injusticia”, declaró un manifestante de 41 años, Khaled.
Este vendedor de piezas de recambio para motos afirmó que desde que perdió su empleo ya no puede mantener a sus tres hijos, en un contexto agravado por la pandemia de covid-19.
Por la noche, el videasta de la AFP vio en Trípoli a jóvenes destrozando el escaparate de un banco con un poste de hierro y un extintor, antes de incendiar el establecimiento.
La grave crisis económica que atraviesa el país desde hace meses fue uno de los detonantes en octubre de 2019 de un levantamiento inédito contra la clase política, acusada de corrupción y de incompetencia.
Alrededor del 45% de la población vive ahora bajo el umbral de la pobreza, según estimaciones oficiales.
La crisis se agudizó con las medidas adoptadas contra la propagación del nuevo coronavirus, que paralizaron Líbano, donde se registraron oficialmente 710 casos y 24 muertos.
El martes, el ministro de Economía Raoul Nehme reconoció un alza de los precios de un 55%.
– “Explosión social inevitable” –
Esta inflación es denunciada a diario en las redes sociales. Por ejemplo, los pañales para bebé pasaron de valer 20.000 libras a 30.000 libras, y el kilo de carne de 18.000 a 32.000.
En el mercado negro, el cambio superó las 4.000 libras por un dólar, mientras que la tasa oficial de 1.507 libras quedó sin operaciones.
El gobierno estudia un plan de reactivación económica, pero aún está inacabado.
“Hasta ahora, el gobierno no ha hecho nada, excepto suspender el pago de los eurobonos”, declara a la AFP el economista Samir Nader, en referencia al impago de la deuda de Líbano.
“No se ha tomado ninguna medida que anuncie reformas”, agrega.
El país se dirige “hacia una explosión social inevitable” por la depreciacion de la moneda “y la caída del poder adquisitivo”, alerta.
La Asociación de Bancos de Líbano anunció el cierre de las agencias en Trípoli, debido a “ataques y actos de vandalismo”.
Poco antes del amanecer, se lanzaron cócteles molotov contra un banco en Beirut, según la agencia oficial ANI.
Los manifestantes acusan a los bancos libaneses de complicidad con el poder político y de haber contribuido al endeudamiento público desenfrenado y la quiebra del Estado.