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Opinión: Lo que piensan realmente las iglesias de la reapertura

Opinión: Lo que piensan realmente las iglesias de la reapertura
Los pastores y las iglesias deben equilibrar los llamados bíblicos a continuar congregándose (como en Hebreos 10:25), someterse a las autoridades gobernantes (Romanos 13:1-5), amar al prójimo como a sí mismos (Mateo 22:37-39) y velar también por los intereses de los demás (Filipenses 2:3-4). Alex Nabaum/The New York Times)

Soy pastor de una iglesia en el condado de Sonoma, en California, donde la orden de quedarse en casa ha sido una de las más estrictas en el país.

No nos hemos congregado para los servicios presenciales desde el 8 de marzo. Hemos pasado los últimos dos meses con ceremonias, horarios de oración y estudios bíblicos en línea. El gobernador Gavin Newsom anunció que las iglesias no se congregarán en asambleas grandes durante algún tiempo. Así que, con la ayuda de Dios, oraciones y motivación mutua, estamos recurriendo a recursos espirituales y relacionales más profundos mientras buscamos crecer en paciencia, aprender a esperar y encontrar nuevas maneras de ejercer nuestro ministerio para los necesitados.

Nuestra iglesia no está sola en esto. Aunque los pastores que desafían las órdenes de cierre han acaparado los titulares, la realidad es que más del 90 por ciento de los pastores y líderes eclesiásticos cumplieron las órdenes de cese de actividades en marzo y muchos todavía esperarán hasta fines de mayo y junio para retomar el culto público, incluso en los estados donde las restricciones se están flexibilizando. La mayoría de los pastores con los que he interactuado se toman en serio la responsabilidad de sortear esta tragedia nacional con sabiduría, compasión y paciencia.

Aunque cada lugar tiene un cronograma diferente para cuándo y cómo reabrirán las iglesias, los pastores con los que he hablado reconocen que las reuniones en persona requerirán cambios. Habrá restricciones en cuanto al tamaño de las multitudes, distanciamiento social, uso de cubrebocas y continuará el culto en línea para los miembros vulnerables de la congregación. Las iglesias en estados muy afectados por la pandemia, como Luisiana, se están preparando para abrir sus santuarios pronto, pero con múltiples servicios para garantizar audiencias menores y desinfección constante. Incluso en estados como Texas y Georgia, donde los gobernadores han permitido a las iglesias que la congregación acuda a los recintos, muchos pastores manifiestan cautela.

Los pastores y las iglesias deben equilibrar los llamados bíblicos a continuar congregándose (como en Hebreos 10:25), someterse a las autoridades gobernantes (Romanos 13:1-5), amar al prójimo como a sí mismos (Mateo 22:37-39) y velar también por los intereses de los demás (Filipenses 2:3-4). Estos lineamientos bíblicos ayudan a los líderes eclesiásticos mientras cooperan con los servidores públicos que trabajan para detener la propagación del virus con el fin de salvar vidas.

Un ejemplo de esta cooperación ocurrió en Alabama el 28 de abril. La gobernadora Kay Ivey le pidió a su pastor, el reverendo Jay Wolf de la Primera Iglesia Bautista de Montgomery, que hablara sobre la pregunta de cuándo es que los templos podrían reanudar las reuniones públicas. Wolf, quien representa a un comité ad hoc de clérigos de todo el estado asesorados por expertos en salud, comentó que la reapertura de las iglesias para el culto masivo “debe proceder poco a poco y de manera mesurada” y que el estado todavía no volvería a la “normalidad”. Instó a ejercitar la “virtud de la paciencia durante estos días difíciles”. Dijo que las iglesias no deben reabrir de tal manera que “sin darse cuenta faciliten un brote del virus”. Con la gobernadora Ivey de su lado, Wolf dijo que “un solo habitante de Alabama que muera debido a nuestra prisa por regresar a la normalidad es demasiado”.

Para los cristianos, la paciencia no es algo que generamos en nosotros, sino algo que cultivamos a medida que pasamos por dificultades con un mayor amor hacia Dios y nuestro prójimo. Los líderes eclesiásticos de Alabama les pidieron a los cristianos que esperaran el momento adecuado para volver a reunirse en ceremonias públicas y que, mientras lo hacen, trabajen en mejorar su amor por los demás.

Ahora que la gobernadora Ivey ha decidido permitir que las congregaciones vuelvan a reunirse, muchas iglesias en Alabama continúan realizando sus ceremonias en línea para esperar un poco más. Wolf comenta que la reapertura no será repentina, sino “más bien como un regulador de intensidad de la luz que va dejando que esta aumente poco a poco”.

Tener paciencia es difícil. Queremos que las cosas se enmienden con rapidez. Sin embargo, la espera constructiva lamentado que las cosas no sean como deberían ser, afligiéndonos por quienes sufren y mueren a nuestro alrededor y sirviendo a los demás con alegría puede ayudarnos a soportar esta crisis de maneras redentoras.

He sido testigo de la paciencia y la fe que manifiestan los pastores y las iglesias de migrantes que conozco en California, en las que hasta la mitad de los miembros de sus congregaciones se han quedado sin empleo. Continúan sirviendo, dando y teniendo fe en espera de tiempos mejores.

He visto la paciencia y la gentileza de los pastores en el condado de Sonoma, California, mientras trabajamos con líderes locales para ayudar a nuestras comunidades con problemas relacionados con la salud mental, la inseguridad alimentaria, el cuidado de los niños, la indigencia y las dificultades financieras.

Vi la manifestación de la esperanza hace unas semanas, cuando Micah Fries, un amigo pastor en Chattanooga, Tennessee, guio a su rebaño para ayudar a víctimas de tornados que destruyeron cientos de hogares en su región. La congregación contribuyó con equipos de limpieza, ayuda financiera y suministros sin dejar de proteger a los demás y a sí mismos de la propagación de este virus. Existen miles de ejemplos de este tipo de trabajo que prosigue en las iglesias de todo el país.

Al alimentar a los hambrientos, apoyar a los trabajadores sanitarios, darles dinero a los que no tienen trabajo, responder a los desastres y congregarse en línea para el culto, las iglesias de todas las fes están sirviendo al prójimo necesitado, con lo que demuestran que el templo es mucho más que un edificio o un servicio de culto público.

A medida que más estados reabran, los pastores y las iglesias deben continuar mostrando perseverancia. Aunque reunirse para el culto dominical sea una parte importante de lo que hacen las iglesias, no es todo lo que son. Tal vez seguir a Jesús en estos días sea un poco distinto a lo que era hace unos meses. Sin embargo, la creencia en la resurrección de Cristo que hace poco celebramos en la Pascua nos recuerda que la luz se abre paso entre las tinieblas y los fieles difuntos resucitan. Creer en eso puede ayudarnos a esperar pacientemente con la esperanza de que todo se renovará.

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