“Estamos en la proyección de que si llegamos a 100.000 (contagiados), tendríamos entre 4.000 a 7.000 fallecidos. Entonces la cosa es demasiado grave”, afirmó el director de Epidemiología.
La Dirección Nacional de Epidemiología de Bolivia estimó este lunes que de registrarse 100.000 contagiados por covid-19 hacia fines de julio, podría haber de 4.000 a 7.000 fallecidos, lo que haría colapsar los cementerios.
“Estamos en la proyección de que si llegamos a 100.000 (contagiados), tendríamos entre 4.000 a 7.000 fallecidos. Entonces la cosa es demasiado grave”, afirmó el director de Epidemiología, Virgilio Prieto, al canal de TV Cadena A.
La estimación de 100.000 contagiados a fines de julio fue lanzada el sábado por la ministra de Salud, Eidy Roca, quien dijo que las infecciones se aceleraron en el país desde mediados de mayo, principalmente en los departamentos de Santa Cruz (este), Beni (noreste) y Cochabamba (centro).
Las tres regiones concentran el 91,3% de los 13.446 contagiados en el país y el 84,7% de los 465 muertos por la pandemia, que llegó a Bolivia en marzo.
Prieto destacó que si se llega a 100.000 infectados “realmente no van a alcanzar los servicios de salud y peor aún ni los cementerios ni las funerarias”.
Urgió, en tono de súplica, a “tomar conciencia de la gravedad del mal” y a la población a cumplir las medidas de bioseguridad.
El gobierno ordenó en marzo una cuarentena, con la suspensión de las labores públicas y privadas, el transporte, y cerró las fronteras.
En los últimos días varias ciudades decidieron una flexibilización, mientras sectores sociales presionan para que todo retorne a la normalidad.
Sobre el departamento de Cochabamba y su zona cocalera del Chapare, el gobierno aseguró que el covid-19 se ha incrementado y ordenó un aislamiento. El Chapare es el bastión político inexpugnable del expresidente Evo Morales (2006-2014), ahora refugiado en Argentina.
Militares y policías se desplazaron temprano en la ruta que une la ciudad de Cochabamba con esa zona cocalera, para evitar el tránsito de pasajeros. “Se ha suspendido el transporte”, dijo el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo.
En el Beni, otra región muy golpeada y fronteriza con el Brasil, el gobierno concluyó un rastrillaje de enfermos casa por casa, que se hizo durante la semana pasada, aunque persisten los clamores de médicos de la zona por más ayuda.