Hay tantas Naomi Campbell, que quizá nunca sepas con cuál te vas a encontrar.
Está la diosa Naomi, cuyos superpoderes verificados (pregúntale a cualquier testigo) incluyen la capacidad de abrir mares de personas y alterar la carga eléctrica de una habitación. También están la Naomi de portada, la Naomi de campaña y la Naomi de pasarela, cuya caminata de supermodelo seguramente jamás será superada por nadie. Existe la Naomi vulnerable, aquel ser humano inesperadamente tímido que apareció en el mundo del modelaje a la tierna edad de 15 años.
Está la Naomi activista, que llamaba abuelo a Nelson Mandela, y está la Naomi fiestera, que usa una cadena de cabezas de mujeriegos y oligarcas que cuelga de su cinturón. También existe la Naomi de corazón de oro que “te entregaría la chaqueta de Prada que trae puesta”, como lo señaló hace poco una vieja amiga. Y no olvidemos a la fría Naomi que, cuando una amiga cercana necesitaba dinero para someterse a una rehabilitación por consumo de heroína, le dio la espalda.
“Luchando para vivir, luchando para sobrevivir”, dijo alguna vez sobre ella la agente de modelaje Bethann Hardison, que durante toda su vida ha fungido como guía y protectora de Campbell. Y a pesar de haberse enfrentado a las desigualdades racistas que por mucho tiempo nadie controló en la industria de la moda, Campbell no solo ha estado ante la mirada pública durante tres décadas —años luz en el negocio del modelaje— sino que también se ha reinventado, tras medio siglo en la Tierra, como un fenómeno de los medios digitales. Su serie, “Being Naomi”, es simple e hipnótica, casi a un nivel warholiano, así como una astuta clase magistral para los aspirantes a narcisistas que quieren construir una marca.
Campbell, que nació en Londres y hace poco cumplió 50 años, se ha mantenido ocupada durante y después del confinamiento en la casa de una amiga suya en Los Ángeles. Comparte en Instagram sus rutinas diarias de ejercicio con Joe Holder, el fundador de Ocho System, asiste a reuniones virtuales de recuperación, se ha convertido en el primer rostro de la línea de maquillaje de Pat McGrath Labs y graba entrevistas “sin filtro” con viejos amigos y colegas como Sharon Stone, Marc Jacobs y Cindy Crawford. Hace poco hizo un tutorial de belleza encantadoramente honesto para el canal de Vogue en YouTube.
Comunicándose por teléfono un viernes por la tarde a principios de junio, Campbell habló de cómo es ser Naomi en realidad.
1. El sesgo inconsciente jamás fue inconsciente
“Claro que se basa en la raza”, dijo Campbell acerca del sesgo en la industria de la moda que impuso obstáculos para los creadores negros a quienes, según admitió Anna Wintour hace poco, no se les había dado suficiente “espacio” en lugares como Vogue.
“Pero jamás esperé que las cosas fueran fáciles para mí”, dijo Campbell, una mujer a la que André Leon Talley, el guerrero del chifón, alguna vez llamó “un ciclón independiente de energía, estilo y drama”.
2. Lidió con la situación de una manera inusual
“Sabía que debía trabajar arduamente y, ahora que lo pienso, estoy agradecida de haber tenido a mujeres fuertes en mi familia que me enseñaron que debía mantener un cuerpo y una mente fuertes si quería sobrevivir y prosperar”, comentó Campbell. “Mi madre, mi nana, las mujeres fuertes y maravillosas de mi familia siempre me criaron. A partir de ese origen fuerte entendí que, sin importar qué hiciera, debía hacerlo al 110 por ciento”.
La ascendencia de Campbell es una combinación de sangre afrojamaiquina y sinojamaiquina. (su abuela sinojamaiquina era Pearline Ming).
3. Pero no la llamen sobreviviente
“Se trata de adaptarse”, comentó. “Antes decía: ‘¿Por qué estoy haciendo esto si no me están tratando igual que a mis colegas? ¿Por qué no estoy ganando la misma cantidad de dinero?’. Por suerte, tuve a personas maravillosas como Bethann a las que podía llamar, y ella me explicaba por qué era beneficioso seguir adelante y hacerlo para ver los resultados a largo plazo”.
4. Quizá es mejor describirla como una mujer pragmática
“Si pensaba que las cosas eran injustas, debía decir algo al respecto”, dijo Campbell, cuyo historial en ese tema es mixto. Es cierto: fue fundadora de Black Girls Coalition, un grupo organizado con el fin de abordar las desigualdades basadas en la raza en la industria de la moda. También es cierto que alguna vez trató de acabar con la carrera de una novata llamada Tyra Banks.
“Estoy hablando de mí, de mi carrera”, dijo. “El punto es tratar de sacarle provecho a la situación con la que estás lidiando. No lo considero supervivencia. Creo que así es la vida”.
5. Ha dependido de la amabilidad de los extraños
“Me siento bendecida por las personas que he tenido en mi vida, las influencias de sus maravillosas mentes, espíritus y seres”, dijo una mujer cuyo directorio —si la gente aún usa esas cosas— tendría el tamaño de una enciclopedia.
“Pienso en Azzedine Alaïa y Nelson Mandela. Pude presentarme, vivir con ellos, conocerlos, estar cerca de ellos, considerarlos como mi familia. A veces no te das cuenta de que hay personas que están en tu vida y que no puedes imaginar un mundo sin ellas. Después, cuando se van, de pronto llega el pánico: ¿qué hago? ¿A quién recurro?”.
6. Encontró la espiritualidad, pero después de las drogas
“Descubrí que te llega una fuerza”, comentó Campbell. “Todas las conexiones, todo lo que alguna vez tuviste con ellos, llega a ti de otra forma. Aún están ahí y te impulsan. Cuando Papá murió, fue un gran impacto”. Alaïa, el modisto tunecino que en la práctica fungió como el padre de Campbell durante su carrera, murió en 2017, a los 82 años. “Me afectó muchísimo”, agregó.
“Pero después me llegó una fuerza de alguna parte. No lo sé. Solo puedo decir que vino de él. Me di cuenta de que debía hacer más, ayudar más, estar más presente”.
7. Cree en esa segunda A
“Estoy muy orgullosa de mi recuperación y de estar en el proceso, y jamás lo ocultaría”, afirmó Campbell, cuyos problemas de ira que han sido tan publicitados quizá hayan sido provocados, en parte, por su dependencia a los medicamentos. (Alexander McQueen solía bromear con sus amigos diciendo que debían ocultar sus celulares cuando Campbell venía de visita).
“Se supone que no debemos hablar de la recuperación, pero no niego nada de eso”, comentó. “Ha sido una gran ayuda en otras áreas de mi vida”.
8. Los pasos en los programas de doce pasos son más que una metáfora
“Soy del tipo de persona que necesita estructura en su vida”, dijo Campbell, que tiene una relación notoriamente individual con el tiempo y quien, por ejemplo, llegó dos horas tarde a la sesión fotográfica por Zoom para este artículo; quien alguna vez fue despedida de manera célebre en su primera reunión con el productor y director Lee Daniels por llegar tres horas tarde a una audición (un incidente que dio como resultado una pelea a gritos seguida de un trabajo de actuación y una amistad duradera); y quien, sin embargo, debe tener un gran reloj despertador, pues de alguna manera ha logrado levantarse a tiempo para asistir a las sesiones fotográficas de las 300 portadas de revista en las que ha aparecido su rostro. “Así es como mejor funciono”.
9. Es una reina de las rutinas
“Tengo una rutina que mantuve durante la cuarentena”, relató. “Levantarme, orar, darme una ducha, hacer ejercicio. En épocas como esta, necesitas esa sensación de familiaridad y rutina para mantener tu mente y tu espíritu en un lugar seguro”. A juzgar por el tutorial del canal de Vogue en YouTube, también se necesita un método de diez minutos a prueba de errores para maquillarte con habilidades tan refinadas que quizá pongan en duda el talento de Bianca del Rio.
10. La Administración Federal de Aviación debería contratarla
“Jamás hice eso para que fuera viral”, dijo Campbell acerca del video de 2019 que mostraba su ritual de sanitización para volar, que tiene más de 2,9 millones de visitas en YouTube y que, aunque alguna vez haya parecido extremo, debería ser información obligatoria para cualquier persona que planee volver a viajar en avión.
11. Entiende que, sin importar adónde vayas, estás ahí
“Este virus es, las vidas que ha cobrado… es devastador. Sin embargo, estar quietos, estar en un solo lugar, puede ser grandioso”, dijo Campbell, que ha recorrido más órbitas planetarias que la mayoría de los satélites. “Si hay algo que he aprendido en esta vida hasta ahora, es que no puedes escapar de nada. Debemos enfrentar nuestros miedos y experimentar esas emociones”.