“Dejen de matar a nuestros niños”, rezaba una de las pancartas en la protesta celebrada en una plaza de Cidade Tiradentes, un barrio del este de la ciudad marcado por la violencia.
Unas 150 personas se manifestaron el sábado en un barrio popular de Sao Paulo para denunciar el racismo y la violencia policial en Brasil, un país donde más de la mitad de la población es negra.
“Dejen de matar a nuestros niños”, rezaba una de las pancartas en la protesta celebrada en una plaza de Cidade Tiradentes, un barrio del este de la ciudad marcado por la violencia.
“Cada 23 minutos, un joven negro es asesinado en Brasil”, recordaba otro cartel de la manifestación convocada con el lema “Vidas pretas importam”, la traducción en portugués del nombre del movimiento surgido en Estados Unidos “Black Lives Matter” (Las vidas de las personas negras importan).
En Cidade Tiradentes, cinco jóvenes murieron por disparos en marzo y uno, la semana pasada, en circunstancias aún sin aclarar. Sus casos suscitaron sospechas sobre la actuación de la policía.
“Quiero que se rinda justicia, cada vez más jóvenes son asesinados”, dijo a la AFP Luciana Santos Miranda, que perdió a su hijo Felipe, de 18 años, a finales de marzo, y estaba presente en la manifestación del sábado.
“En los barrios pobres, la policía actúa con violencia de forma impune y se toma el derecho de matar. Creen que sólo entendemos el lenguaje de las balas”, denunció Wagner Silva de Souza, un rapero conocido como Tito.
“¿Hasta cuándo van a impedirnos respirar los cerdos racistas?”, añadió en referencia a George Floyd, un afroestadounidense que murió asfixiado por un policía blanco en Minneapolis.
Otras manifestaciones antirracistas tuvieron lugar en las últimas semanas en Brasil, donde el movimiento “Black Lives Matter” participó en protestas contra el presidente ultraderechista del país, Jair Bolsonaro.
Cerca de 6.000 personas murieron a manos de la policía en Brasil en 2019, casi seis veces más que en Estados Unidos.
En el país de 210 millones de habitantes, el 54% de la población es negra, pero las desigualdades raciales persisten en el último Estado de América que abolió la esclavitud, en 1888.