Las autoridades de ese país informaron que las pistas estaban localizadas en el amplio valle cocalero.
Patrullas combinadas de la policía y las fuerzas armadas de Perú destruyeron en julio 17 pistas de aterrizaje clandestinas usadas por narcotraficantes en la selva central, informaron autoridades militares.
Las pistas estaban localizadas en el amplio valle cocalero conformado por los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), que abarca a cuatro departamentos y en el que actúan narcotraficantes y columnas de la guerrilla de Sendero Luminoso que les brindarían protección a cambio de pagos, según el gobierno.
“En el marco de las operaciones de interdicción en la lucha contra el narcotráfico, las Fuerzas Armadas y la policía inhabilitaron durante el mes de julio 17 pistas de aterrizaje clandestinas, destinadas al tráfico ilícito de drogas en las regiones de Huánuco y Pasco”, indicó un comunicado del Comando Conjunto.
La destrucción, con explosivos, se realizó entre el 13 y 25 de julio.
En las operaciones los militares lograron ubicar a una avioneta siniestrada, incautando combustible, armamento y navegadores de aeronaves.
“Se continuarán intensificando las operaciones con la finalidad de neutralizar el puente aéreo que sirve para el envío de drogas hacia el extranjero y, de esta forma, erradicar el total de las pistas de aterrizaje clandestinas en diversas zonas del país”, agregó el comunicado.
La policía intervino el 20 de mayo en tierra una avioneta con 420 kilos de cocaína y capturó a su piloto, un ciudadano brasileño, en la región fronteriza de Loreto.
En el VRAEM, la mayor zona cocalera de Perú, las fuerzas armadas combaten desde hace más de dos décadas a bandas de narcotraficantes y a los remanentes de Sendero Luminoso.
Perú reinició en 2016, después de 15 años y sin apoyo extranjero, la interceptación aérea de vuelos ilegales en zonas productoras de drogas.
Según la policía, avionetas tipo Cessna, generalmente con matrícula boliviana, aterrizan en pistas clandestinas hechas por narcotraficantes en la selva peruana para cargar cocaína y trasladarla a Bolivia y Brasil.
En cada viaje las aeronaves pueden sacar 250 kilos de droga. El kilo de cocaína en Perú vale 1.200 dólares y en el extranjero puede llegar a venderse en 5.000.
De acuerdo a la ONU, Perú es, junto con Colombia y Bolivia, uno de los mayores productores mundiales de hoja de coca y cocaína.