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Una ciudad china ordena a los taxistas que se quiten los tatuajes

Una ciudad china ordena a los taxistas que se quiten los tatuajes
Un estudio de tatuajes en Shenzhen, China, el 24 de octubre de 2018. Foto: Lam Yik Fei/The New York Times

HONG KONG — Los taxistas de una ciudad al noroeste de China hace poco recibieron una directriz inusualmente contundente del gobierno: deshazte de tus tatuajes.

La orden se dio en agosto cuando funcionarios de transporte en Lanzhou, la capital de la provincia de Gansu, lanzaron una campaña para mejorar la imagen de los taxistas locales. Ostensiblemente, la prohibición de tatuajes tenía como objetivo evitar que algunos pasajeros se sintieran incómodos.

También coincidió con las iniciativas nacionales para desalentar la creciente popularidad de los tatuajes entre las generaciones más jóvenes, las cuales adoptan cada vez más el arte corporal que alguna vez fue estigmatizado.

No obstante, un conductor en Lanzhou deseaba conservar la tinta en su cuerpo y, a través de un foro gubernamental en línea, emitió un educado pero mordaz rechazo a la orden de la ciudad.

“Cuando solicitamos nuestro permiso para conducir, entregamos documentos que demuestran que no tenemos antecendentes penales”, escribió el conductor, quien no se identificó en la publicación y no pudo ser localizado para que comentara al respecto. “Nuestros tatuajes no nos convierten en hombres malos y criminales”.

El taxista señaló que retirar los tatuajes era doloroso y caro, ya que requiere varias visitas para quitar los rastros de la tinta permanente en la piel a través de tecnología láser. El proceso también puede dejar cicatrices y zonas con manchas de tonos diferentes al de la piel.

La orden del gobierno era simplemente discriminatoria, dijo el conductor.

No obstante, en una respuesta pública del 7 de septiembre, el comité de transporte de Lanzhou no cedió. Sin aportar evidencia, dijo que los “tatuajes grandes en los conductores pueden causar angustia a los pasajeros que son mujeres y niños”.

El comité también insistió en que “los conductores que ya tienen tatuajes deberían quitárselos a través de procedimientos quirúrgicos en la mayor medida posible”.

No quedó claro cómo harían que cumplieran con la remoción de los tatuajes o quiénes pagarían por ella. Cuando fueron contactados a través de una llamada telefónica el martes, los representantes del gobierno de Lanzhou se rehusaron a hacer comentarios.

La respuesta del comité al conductor fue ampliamente difundida por toda China, lo que revivió un debate antiguo en un país en el que los tatuajes son cada vez más aceptados entre los chinos más jóvenes, pero todavía son rechazados por aquellos que los consideran una marca de criminalidad.

La cultura del tatuaje comenzó a florecer en China a medida que el país se abrió al Occidente con motivo de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Las influencias y la cultura pop de Occidente resonaron con la sociedad china. Más figuras del entretenimiento y el deporte comenzaron a exhibir tatuajes en apariciones televisadas, incluido Lin Dan, un campeón olímpico de bádminton que mostró sus brazos tatuados durante las competencias.

Los salones, las escuelas y las convenciones de tatuajes se multiplicaron. Algunos tatuadores, como Chen Jie y Joey Pang, fueron pioneros de un estilo que evoca las pinturas con tinta china con pinceladas que parecen de acuarela. Otros se inspiraron en un nuevo y delicado estilo de minitatuajes surcoreanos, los cuales se distinguen por los contornos tan delgados como un alfiler y los colores pastel.

En Japón, donde los tatuajes desde hace mucho han sido asociados con los gremios del crimen organizado como la Yakuza, las regulaciones sobre los tatuajes se han relajado de manera gradual. Muchos baños públicos y aguas termales todavía prohíben el ingreso a visitantes tatuados en un intento de excluir a miembros de pandillas. Sin embargo, para la satisfacción de los estudios de tatuajes y los adeptos al arte corporal, el país determinó la semana pasada que no se requiere una licencia médica para tatuar.

En China, la creciente aceptación de los tatuajes ha enfrentado la oposición de los vigilantes del conservadurismo. Los censores de televisión difuminaron imágenes de tatuajes, así como los escotes y los aretes usados por hombres, en 2017 y 2019. Además, los directivos de los deportes chinos ordenaron a los futbolistas con brazos tatuados que usaran manga larga durante la Copa Asiática en los Emiratos Árabes Unidos el año pasado.

La directriz de Lanzhou podría ser una de las más estrictas para los taxistas.

Changchun, una ciudad china en la provincia noreste de Jilin, hace poco emitió su propia prohibición de tatuajes para los taxistas, pero simplemente les dijo que los cubrieran, no que se los quitaran. (También les indicó a los conductores que no fumaran, que mantengan sus vehículos limpios y que enciendan el aire acondicionado cuando tengan pasajeros a bordo).

El conductor en Lanzhou que hizo público su descontento dijo que el enfoque de Changchun era preferible y sugirió que el gobierno local modificara su directriz.

“Entiendo que nuestros líderes desean presentar a nuestra industria de una manera más positiva”, escribió el conductor. “El propósito de decirnos que nos quitemos los tatuajes es que nuestros pasajeros no los vean. Cubrirlos logra el mismo resultado”.

Después de la contrapropuesta, el comité de transporte de Lanzhou dijo que los conductores podían esconder los tatuajes grandes que tuvieran en brazos y cuellos, pero dieron a entender que sería una solución temporal.

“Aquellos que sean incapaces de retirarlos por completo por el momento deben cubrirlos”, dijo el comité en su respuesta al conductor.

Otras reacciones en línea al incidente han sido mixtas. En una encuesta informal en redes sociales en la que se les preguntó a 3000 mujeres si viajarían con taxistas que tienen tatuajes, 850 dijeron que sí lo harían y 1000 dijeron que no.

Un usuario de internet dijo en Weibo, una plataforma china de microblogueo, que aunque él respetaba el arte del tatuaje, se pondría nervioso si un conductor tatuado se desviara hacia un camino desierto.

Algunos dijeron que la regla de Lanzhou simplemente reflejaba estereotipos anticuados sobre los tatuajes. Diane Yang, una usuaria de internet de 29 años en Wuhan, escribió en Weibo: “Si a los gobernantes no les gusta cómo lucen los tatuajes, por favor, no usen a las mujeres como excusa. Los tatuajes no deben ser considerados como una manifestación de malas intenciones”.

“Es muy normal”, dijo Li Mingjun, una estudiante de 21 años de Pekín, en una entrevista sobre la tinta corporal. “No puedes evitar que alguien se gane la vida solo por una preferencia personal”.

Dijo que deseaba hacerse un tatuaje.

 

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