La promesa incumplida de Trump de recuperar los puestos de trabajo en la industria manufacturera, una estrategia que le ayudó a conquistar varios estados del centro-noreste en las elecciones de 2016, deja al republicano en una situación difícil frente Biden.
Cuatro años después de conquistar Ohio y ganar la presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump necesita nuevamente el apoyo de los demócratas desencantados de este estado clave si quiere ganar un segundo mandato en la Casa Blanca.
Durante generaciones, Ohio (noreste) ha sido un trofeo político para los candidatos que cortejan al electorado diverso de este estado, que es considerado un reflejo de la situación del país y ha ofrecido un indicador cuatrienal confiable del ánimo estadounidense.
Trump ha visitado el estado dos veces en seis semanas. Y aunque su contrincante demócrata, Joe Biden, no ha hecho de Ohio su prioridad en la estrategia para ganar las elecciones del 3 de noviembre, este territorio sigue siendo una oportunidad tentadora.
El exvicepresidente Biden lanzó anuncios televisivos de campaña en Ohio, y coincidirá con Trump en la ciudad de Cleveland el martes para su primer debate presidencial.
La promesa incumplida de Trump de recuperar los puestos de trabajo en la industria manufacturera, una estrategia que le ayudó a conquistar varios estados del centro-noreste en las elecciones de 2016, deja al republicano en una situación difícil frente Biden en Ohio.
“Hasta este momento, realmente no sé por quién voy a votar”, dijo a la AFP Joe Rosky, un bombero retirado, demócrata de toda la vida, pero que apoyó a Trump en las elecciones anteriores.
Trump “está haciendo promesas que no puede cumplir de ninguna manera”, añadió Rosky en un restaurante cerca de la ciudad de Youngstown, respecto a la insistencia del mandatario de que ha revitalizado los rincones económicamente deprimidos del estado.
La fuga de empleos en Youngstown y sus alrededores, una región históricamente demócrata, comenzó en la década de 1970 con el cierre de enormes fábricas de acero, y no se ha detenido.
En 2016, miles de demócratas del área de Youngstown se volcaron con Trump, ayudándole a ganar Ohio por ocho puntos porcentuales.
“Donald Trump aprovechó la emoción de la gente que se sentía frustrada por su suerte en la vida”, dijo David Betras, expresidente del Partido Demócrata en el condado de Mahoning, cuya mayor ciudad es Youngstown.
“Cuando tienes sed, bebes agua sucia, porque al menos es agua”, ilustró.
Biden desplegó una fuerte campaña para convencer al electorado de Ohio con su plan de revitalización económica, “pero no creo que logre ganar” este estado, predijo Betras.
– “Cambiar corazones y mentes” –
Ohio está en el corazón de Estados Unidos. Fue cuna de siete presidentes y presume de una diversidad regional única, así como mezclas de poblaciones urbanas, suburbanas y rurales.
Ha votado por el candidato presidencial ganador en todas las elecciones desde 1960, y ningún republicano ha llegado a la Casa Blanca sin conquistar Ohio.
“Ohio es extremadamente importante para Donald Trump”, dijo David Cohen, profesor de la Universidad de Akron, quien dirige el Instituto Ray Bliss de política aplicada.
“Si pierde Ohio, está acabado”, resume.
Al igual que Betras, Cohen ve señales de una inclinación hacia la derecha en el estado. En las elecciones de medio mandato en 2018, los republicanos ganaron casi todos los puestos en Ohio, a pesar de que la tendencia nacional favorecía fuertemente a los demócratas.
“Esa ola se detuvo en la frontera de Ohio”, ilustró Cohen.
Cohen estima que es probable que Ohio apoye a Trump en las elecciones, pese a que Biden lidera por poco las encuestas estatales y es favorito para ganar la presidencia.
En tanto, algunos republicanos anti-Trump se movilizan contra el presidente en Ohio.
“Nuestro objetivo es bastante simple: estamos tratando de llegar a los republicanos razonables en todo el estado y pedirles que pongan al país por encima del partido”, dijo Phil Heimlich, republicano de toda la vida, exfiscal y comisionado de condado, quien cofundó Operación Grant, un colectivo de conservadores de Ohio que apoya a Biden.
“La buena noticia es que no tenemos que cambiar tantos corazones y mentes para ganar esto”, aseguró.
Pero algunos partidarios de Trump se mantienen optimistas.
Los empleos manufactureros “están volviendo”, insistió el electricista retirado Tim Fresch, antes de entrar el lunes en el mitin de Trump en la ciudad de Toledo. “En Ohio votamos en función de nuestras carteras, y mi cartera está llena”, dijo el hombre de 64 años.