CIDH pide a Panamá reconocer matrimonio igualitario ante indecisión de la justicia

CIDH pide a Panamá reconocer matrimonio igualitario ante indecisión de la justicia
En esta fotografía tomada el 1 de septiembre de 2019, el matrimonio gay indio. Foto: AFP/Ilustrativa

La Corte Suprema de Justicia lleva desde 2016 sin pronunciarse sobre varias demandas de inconstitucionalidad contra el código de familia.

La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) llamó a Panamá a reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, en medio del silencio prolongado de la justicia y la oposición férrea de grupos religiosos, que han anunciado protestas.

“Hay una situación muy grave y dramática con las personas LGBTI en Panamá en relación al tema de la violación al derecho a la igualdad y la prohibición de la discriminación”, declaró a la AFP Flávia Piovesan, segunda vicepresidenta de la CIDH.

La Corte Suprema de Justicia lleva desde 2016 sin pronunciarse sobre varias demandas de inconstitucionalidad contra el código de familia, que solo reconoce los matrimonios heterosexuales.

Ese silencio provoca “violaciones a los derechos humanos” de los grupos de diversidad sexual, indicó Piovesan, relatora de Panamá y de los derechos de la población LGBTI de la CIDH.

La indecisión de la justicia “es una directa violación al acceso a la justicia y a la dignidad de parejas del mismo sexo”, comentó a la AFP Iván Chanis, presidente de la Fundación Iguales.

Las demandas ante la justicia fueron presentadas por tres parejas del mismo sexo cuyos matrimonios, celebrados en otros países, no son reconocidos en Panamá.

Además, hay una cuarta pareja cuyo recurso fue presentado ante el Tribunal Electoral.

Según reportes de la prensa local, las demandas mantienen divididos a los nueve miembros de la Corte Suprema, que ya habrían rechazado varios proyectos de resolución.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó en 2018 que las parejas homosexuales tienen los mismos derechos matrimoniales que las heterosexuales.

Al amparo de esa opinión, Costa Rica y Ecuador legalizaron el matrimonio igualitario.

Una decisión contraria al reconocimiento legal de estas uniones sería “una afrenta y una violación al derecho internacional y al sistema interamericano” por parte de Panamá, advirtió Piovesan.

– Iglesia: “no es aceptable” –
Pero esos deseos son rechazados por grupos religiosos y conservadores, que han convocado a protestas en defensa de “la familia”.

“En Panamá corremos el riesgo de que un fallo de la corte permita el matrimonio entre homosexuales”, alegó el abogado panameño Víctor Baker, uno de los impulsores de las protestas.

“La Iglesia defiende el matrimonio entre hombre y mujer y pedimos que no se equipare de ninguna forma con la unión igualitaria”, declaró el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, el pasado domingo.

Además, estos grupos religiosos han lanzado duras críticas contra organismos internacionales por inmiscuirse en los asuntos internos del país, una referencia a la CIDH.

“No es aceptable que un organismo internacional o un grupo concreto de ciudadanos quieran imponer a un país la forma de entender el matrimonio y la familia”, advirtió el arzobispo Ulloa.

Chanis refutó que “el matrimonio civil nada tiene que ver con el religioso” y no va a cambiar “en absolutamente nada” las creencias religiosas.

– Un reto para el Estado –
La CIDH recibió en audiencia el pasado viernes a varios de los demandantes que denunciaron discriminación, como la detención de dos lesbianas por besarse en un auto.

En la audiencia también rechazaron la prohibición de la homosexualidad en los códigos internos de la policía y los bomberos, así como el impedimento de donar sangre.

El “reto que tiene el Estado panameño en sus manos” es el “reconocimiento del matrimonio igualitario”, dijo Joel Hernández García, presidente de la CIDH durante esa audiencia.

“Nos separan del resto, minimizan nuestro valor ante la sociedad e invisibilizan nuestra realidad, nos condenan a vivir en la oscuridad”, reclamó ante la CIDH Yami, una panameña casada con otra mujer en Canadá.

El gobierno panameño reconoce que la comunidad LGBTI ha sido víctima de “discriminación, persecución y otros abusos” y se ha comprometido a “ofrecer garantías y mejorar” su protección.

Pero las buenas intenciones no convencen al histórico activista Ricardo Beteta, quien recordó otras promesas gubernamentales.

“Con el tiempo que ha pasado no se ha logrado absolutamente nada y me da mucha pena decirlo pero vamos por el mismo camino”, lamentó Beteta.

 

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