¿Por qué los alemanes se alejan de su 'Mannschaft'?

¿Por qué los alemanes se alejan de su 'Mannschaft'?
El entrenador de la selección nacional de fútbol de Alemania, Joachim Low, camina sobre la cancha durante una sesión de entrenamiento en el estadio Olympiyski en Kiev el 9 de octubre de 2020, en la víspera del partido de fútbol del Grupo 4 de la Liga de Naciones de la UEFA entre Ucrania y Alemania. Foto: AFP

La reacción de Joachim Löw a las críticas estos últimos días ha jugado en su contra.

Actuaciones mediocres, un seleccionador criticado y acusado de arrogante, audiencias televisivas cayendo en picado… La desafección entre el público y la selección alemana se agrava a ocho meses de la Eurocopa, donde está encuadrada en la llave de Francia y Portugal.

El martes por la noche contra Suiza en la Liga de las Naciones (18h45 GMT), el entrenador Joachim Löw estará entre la espada y la pared: es imperativo ganar para conservar al menos la segunda plaza del grupo, por detrás de España, pero también y sobre todo para resistir los ataques que recibe.

“¡Se burlan de los telespectadores!”. Lothar Matthäus, campeón del mundo en 1990 y ahora temido comentarista de televisión, disparó sus dardos la semana pasada: “Esta no es nuestra selección (…) En la selección queremos ver jugar a los mejores”.

La alineación en septiembre, y también la semana pasada en un amistoso contra Turquía, de un equipo ‘B’, privado de los jugadores más importantes por reposo, está en tela de juicio. Pero también la decisión de Löw, contra viento y marea, de dejar de convocar a Jérôme Boateng, Mats Hummels y Thomas Müller, jóvenes treintañeros.

– El caso Thomas Müller –
Una elección editorial de la revista Kicker ejemplifica bastante bien la brecha que separa a la ‘Mannschaft’ de los aficionados: en plena semana internacional, la Biblia del fútbol germano dedica su portada este lunes a… Jérôme Boateng, que ha vuelto a la cima con el Bayern de Múnich.

El estudio de las audiencias de televisión da la razón a la revista: el partido del miércoles contra Turquía congregó a casi 7 millones de espectadores, el peor en términos de ‘share’ (21,6%) del canal RTL en un partido de la selección desde que Löw asumió el mando en 2006.

El sábado por la noche, en directo ante millones de telespectadores tras la victoria contra Ucrania (2-1), el exjugador germano Bastian Schweinsteiger, campeón del mundo en 2014 con Löw, pidió el regreso de Müller. “Ya no podemos identificarnos al 100% con esta selección, es una pena”, declaró.

Olaf Thon, campeón del mundo en 1990, insiste en un editorial de Kicker: “A este equipo le falta el gen de la victoria, esa absoluta voluntad de alcanzar el objetivo, si exceptuamos a los jugadores del Bayern”, escribió. “También por este motivo Löw debería seguir apoyándose en Thomas Müller. Para mí es un error no convocar más a un jugador tan importante y polivalente, por motivos cuestionables”.

– “Ataque de arrogancia” –
El técnico, de su lado, se mantiene firme: está introduciendo una nueva generación, a la que quiere dar “espacio y tiempo para que se desarrolle”. Dejar de contar con los campeones del mundo en 2014 (a excepción de Manuel Neuer y Toni Kroos) responde a esta lógica.

Este lunes, Thon rompió un tabú todavía fuerte en Alemania, pidiendo directamente su marcha: “Después de la Eurocopa, Jögi debe abandonar el cargo. Hace falta un nuevo entrenador (…) a decir verdad ya debería haber pasado el testigo tras la decepción del Mundial-2018”, cuando Alemania sufrió la primera eliminación en fase de grupos de su historia, opinó.

La reacción de Joachim Löw a las críticas estos últimos días ha jugado en su contra. El que según dicen algunos próximos -bajo anonimato- “vive en su propio mundo” desde que se proclamó campeón del mundo, respondió con una mezcla de irritación y suficiencia: “Muy honestamente, no he leído nada estos últimos días porque me da exactamente igual saber quién escribe qué. Estoy completamente convencido de las cosas que hago”.

La web Sport1 denunció un “ataque de arrogancia” en un editorial muy comentado. Intocable semidiós desde su triunfo en Brasil, el seleccionador pasa ahora por un hombre encerrado en sus convicciones y sordo a las críticas.

Solo la victoria y ganar la Eurocopa pueden salvarlo todavía.

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