Las tensiones habían comenzado después del despliegue del mismo buque el 10 de agosto.
Turquía dará a Grecia “la respuesta que se merece” en el Mediterráneo oriental, donde el despliegue de Ankara de un barco de prospección en aguas reivindicadas por Atenas ha desatado tensiones, afirmó el miércoles el presidente Recep Tayyip Erdogan.
“Seguiremos aportando a Grecia y la administración grecochipriota (…) la respuesta que merecen en el terreno”, declaró Erdogan en un discurso en Ankara.
Estas declaraciones se producen tras el despliegue esta semana por Ankara de un buque de investigación sísmica, el “Oruç Reis”, en el Mediterráneo oriental, a pesar de las protestas de Atenas.
El despliegue de este buque, que se ha convertido en el símbolo de los apetitos gasistas de Ankara en el Mediterráneo oriental, ha socavado las esperanzas de distensión, tras varias semanas de fuertes tensiones entre Turquía y Grecia, en agosto y septiembre.
Las tensiones habían comenzado después del despliegue del mismo buque el 10 de agosto. Ankara había prolongado su misión varias veces, haciendo caso omiso de los repetidos llamamientos de la Unión Europea y de Atenas para que cesara.
Sin embargo, el “Oruç Reis” regresó a las costas turcas el mes pasado, cuando se encontraba en aguas reivindicadas por Grecia, en lo que muchos esperaban ser un signo de apaciguamiento de Ankara para resolver esta crisis.
Tras el anuncio del nuevo despliegue de “Oruç Reis”, Estados Unidos y Alemania instaron el martes a Turquía a poner fin a las “provocaciones”, pero Ankara barrió las críticas, juzgando que no tenían “ningún valor”.
El descubrimiento en los últimos años de importantes yacimientos de gas natural en el Mediterráneo oriental ha provocado una fiebre por este “oro azul” y ha envenenado las relaciones históricamente tensas entre Turquía y Grecia, dos países miembros de la OTAN.
Grecia acusa a Turquía de violar el derecho marítimo internacional al explorar sus aguas y reclama sanciones europeas contra Ankara.
Por su parte, Turquía sostiene que tiene derecho a realizar investigaciones energéticas en esa zona del Mediterráneo oriental, argumentando que la presencia de la pequeña isla griega de Kastellorizo cerca de sus costas no basta para imponer la soberanía de Atenas.