El otoño se augura todavía más sombrío de lo previsto para la economía española, con sus dos pulmones, las regiones de Madrid y Cataluña, sujetas nuevamente a restricciones por el covid-19 que provocan cólera y desánimo entre el empresariado.
Las regiones de Madrid y Cataluña (noreste) representan alrededor del 40% del PIB español y concentran parte importante de sus pilares económicos: el turismo, la industria o las grandes empresas nacionales e internacionales.
“¡Nos vamos a morir de hambre!”, gritaban el viernes cientos de restauradores concentrados en el centro de Barcelona para protestar contra el cierre de bares y restaurantes ordenado por las autoridades regionales de Cataluña para frenar la progresión de la epidemia.
Ante la virulencia de la segunda ola del coronavirus en un país que ya figuraba entre los más castigados de Europa, los habitantes de Madrid y ocho municipios aledaños están bajo confinamiento perimetral desde principios de octubre.
Los habitantes de estas ciudades no pueden entrar o salir de ellas excepto para ir a trabajar o estudiar u otros motivos justificados. Además, los horarios y el aforo de bares y restaurantes se han recortado.
Otras ciudades del país, como Salamanca o Burgos, están bajo medidas similares. La región de Navarra, con una población de 660.000 habitantes, será sometida a la misma medida a partir del jueves.
Si las restricciones se alargan en Madrid y Cataluña, “va a tener un impacto muy negativo”, afirma a la AFP Iñigo Fernández de la Mesa, vicepresidente de la patronal CEOE.
La situación actual se asemeja cada vez más al escenario más pesimista dibujado por la patronal en sus últimas previsiones económicas de marzo, que preveían una caída del 13 al 14% del PIB para 2020, señala.
El gobierno ya rebajó a la baja sus previsiones y augura un descenso del 11,2% del PIB, contra el 9,2% anterior, mientras que el Fondo Monetario Internacional le pronostica un -12,8% para 2020, el peor resultado entre los países occidentales.
– Desolación –
En Cataluña, las dos semanas de cierre previstas costarán 780 millones de euros a la restauración (unos 920 millones de dólares), según los cálculos de la organización empresarial PIMEC.
En Madrid, unas 15.000 empresas cayeron en quiebra desde el comienzo de la pandemia y un 70% de los hoteles permanecen cerrados, según las asociaciones patronales locales.
En Cataluña, las dos semanas de cierre previstas costarán 780 millones de euros a la restauración (unos 920 millones de dólares), según los cálculos de la organización empresarial PIMEC.
En Madrid, unas 15.000 empresas cayeron en quiebra desde el comienzo de la pandemia y un 70% de los hoteles permanecen cerrados, según las asociaciones patronales locales.
La Gran Vía, la célebre arteria comercial de la capital bordeada de elegantes edificios Art Déco, ofrece un aspecto desolador: un tercio de los comercios tienen las persianas bajadas, entre ellos media docena de grandes hoteles y numerosos bares y restaurantes, según un estudio realizado por el diario El País.
Según la CEOE, alrededor de 100.000 empresas desaparecieron a nivel nacional, aunque el impacto real de la crisis no se conocerá hasta que cesen las medidas de apoyo público, especialmente las líneas de crédito a empresas y la financiación de los planes de desempleo parcial que están evitando numerosos despidos.
Estas medidas “están ayudado mucho (…) pero eso no puede durar de por vida”, advierte Fernández de la Mesa.
Tras un verano catastrófico para el turismo, pilar económico nacional, los confinamientos parciales decididos desde comienzos de octubre en medio de una gran cacofonía política irritan a los empresarios.
“Las empresas están padeciendo los efectos de erráticas decisiones basadas en la hibernación de la economía, que no han conseguido ni controlar la pandemia ni evitar la pérdida de puestos de trabajo”, denunciaron los empresarios madrileños en un comunicado.
La incomprensión es todavía mayor por los múltiples protocolos sanitarios que los empresarios defienden haber aplicado en los lugares de trabajo.
“La empresa es hoy el lugar más seguro porque se han tomado medidas y se están aplicando. Donde está el riesgo es en el fin de semana”, afirma el responsable de la federación del pequeño comercio, Julián Ruiz, al diario El Mundo.
Según la ministra de Economía Nadia Calviño, algunos indicadores muestran una “reactivación”, como los datos de uso de las tarjetas de crédito.
“El impacto viene más de la incertidumbre de los ciudadanos que de las medidas de contención”, aseguraba el lunes en una entrevista a la radio pública.
Con 140.000 millones de euros (unos 165 millones de dólares), mitad en subvenciones y mitad en préstamos, España será el segundo mayor beneficiario de los fondos europeos después de Italia.